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TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Alfonso Guerra expondrá al pleno del Congreso su vinculación con las actividades de su hermano

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, explicará en el primer pleno que celebre el Congreso de los Diputados el mes que viene, previsto para los días 6 y 7, su comportamiento ante los negocios realizados por su hermano Juan a la sombra del poder y la ocupación por parte de éste de un despacho oficial en la delegación del Gobierno en Andalucía, según aseguraron ayer fuentes gubernamentales. Guerra no ha considerado en ningún momento la posibilidad de dimitir, según fuentes del palacio de la Moncloa.

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Sólo desde algunos estamentos socialistas no se descarta que "de seguir esta campaña" Alfonso Guerra, que se encuentra muy afectado, en un gesto de sorpresa, que sería consultado con Felipe González, dimitiera como vicepresidente. Esta hipótesis, descartada en este momento por la inmensa mayoría de los cargos socialistas consultados, adelantaría uno de los deseos del actual vicepresidente, como es la dedicación en exclusiva a la actividad del partido.Alfonso Guerra ha llegado a la conclusión de que el Parlamento es el marco más adecuado para responder a las acusaciones vertidas contra él en relación con el aprovechamiento personal que Juan Guerra ha obtenido de ejercer de hermano del vicepresidente del Gobierno. Éste ha mantenido en los últimos días numerosas conversaciones con Felipe González; Rosa Conde, portavoz del Gobierno; el secretario de Organización del PSOE, Txiki Benegas, y el presidente del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Eduardo Martín Toval. Los dirigentes socialistas han coincidido en la inevitable necesidad de dar una explicación a la opinión pública, y en estos momentos estudian qué cauce parlamentario puede garantizar mejor el término de la polémica.

El Grupo Parlamentario Socialista está dispuesto a aceptar la petición de comparecencia expresa del vicepresidente del Gobierno hecha por Izquierda Unida, y posteriormente apoyada por el Partido Popular -el reglamento del Congreso exige el respaldo de dos grupos parlamentarios para admitir iniciativas de este tipo-. Pero los dirigentes socialistas del Congreso consideran también la posibilidad de que sea el propio Gobierno el que transmita a la Cámara el deseo de dar una explicación cuanto antes.

En todo caso, el representante gubernamental será Alfonso Guerra y el debate tendrá lugar en el pleno del Congreso. La primera reunión de este tipo está prevista, aunque todavía no convocada, para el día 6 de febrero. En esa misma sesión, la Cámara debatirá dos proposiciones de ley del Grupo Socialista sobre incompatibilidades y actividades de altos cargos, concejales, diputados y senadores.

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Fuentes del palacio de la Moncloa calificaron ayer como "un disparate, coincidente con los deseos de algún partido de la oposición", los rumores acerca de una próxima dimisión del vicepresidente del Gobierno. Los mismos medios adujeron que el silencio mantenido por Guerra desde que estalló el escándalo "ha dado pábulo a las especulaciones", y precisaron que el vicepresidente está recopilando información exhaustiva sobre los negocios de su hermano y las irregularidades que se le atribuyen.

En el PNV, que ha mantenido una especial discreción en este asunto, apoyó ayer, a través de su portavoz en el Congreso, Iñaki Anasagasti, la petición de que Guerra comparezca ante el pleno de la Cámara baja. El PNV advirtió que apoyará, pero sin entusiasmo, la creación de una comisión de investigación sobre tráfico de influencias si la piden los demás grupos parlamentarios. "Nosotros creemos", declaró Anasagasti, "que se debe dar a este asunto un tratamiento judicial".

Por su parte, los centristas resaltan el escándalo sobre las actividades mercantiles de Juan Guerra, que "son la punta de un iceberg". José Ramón Caso, secretario general del CDS, advirtió que "el problema que hay que atajar es el de la corrupción en los ayuntamientos y diputaciones, que son quienes autorizan las calificaciones y recalificaciones de terreno, por ejemplo, y en cuyo ámbito se produce el pago comisiones ilegales".

La comparecencia ayer ante las comisiones del Congreso de los ministros de Educación, Javier Solana; de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y de Transportes y Comunicaciones, José Barrionuevo, no ofreció nuevos datos sobre la situación. Todos ellos trataron de eludir el escándalo del tráfico de influencias en sus intervenciones. Javier Solana, ya entre pasillos, apuntó la conveniencia de que Alfonso Guerra se hubiera adelantado a ofrecer algún tipo de explicación pública.

Los altos cargos del partido, que ayer merodeaban por los pasillos, mantuvieron la tesis oficial de que "el problema preocupa", pero en ningún momento barajaron siquiera la posibilidad de dimisión del vicepresidente, Alfonso Guerra.

[Ricardo García Damborenea, dirigente de la corriente crítica del PSOE Democracia Socialista, manifestó ayer en Burgos: "Todo lo que "nosotros combatismos es lo que representa Alfonso Guerra. El tráfico de influencias hay que combatirlo y preseguirlo, incluso a Juan Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno, si estuviera envuelto en alguna irregularidad administrativa". "No comprendo", añadió, cómo el PSOE se inhibe en situaciones como ésta", informa Europa Press.]

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