González atribuye el escándalo del hermano de Guerra a una campaña orquestada contra el PSOE

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer que las informaciones difundidas sobre las actividades de Juan Guerra, hermano del vicepresidente, Alfonso Guerra, obedecen a una campaña orquestada en contra del PSOE y se mostró convencido de que en las próximas semanas habrá nuevas campañas destinadas a erosionar al PSOE y al Ejecutivo. En una conversación informal con periodistas al término de la recepción ofrecida por los Reyes al cuerpo diplomático, González admitió que Alfonso Guerra está afectado personalmente por la polémica surgida en torno a los negocios de su hermano.

Preguntado por la razón por la cual Juan Guerra utilizó durante varios años un despacho en la sede de la Delegación del Gobierno en Sevilla, sin que ostentara cargo público alguno, González anunció que será el propio Alfonso Guerra quien explique públicamente todo lo ocurrido, aunque no quiso adelantar ni la forma ni el momento en que se producirá dicha explicación, alegando que eso depende del vicepresidente.La presidencia de Izquierda Unida, reunida ayer tarde, acordó solicitar la comparecencia de Alfonso Guerra en el primer pleno que celebre el Congreso de los Diputados, para que informe sobre el escándalo protagonizado por su hermano Juan, y adelantó que, si esta comparecencia no se produjera, pediría la dimisión del vicepresidente.

Felipe González, por su parte, aseguró que aborrece el tráfico de influencias y se mostró partidario de definir este concepto y de incluirlo como delito específico en el Código Penal, aunque también advirtió de las dificultades de su tipificación, porque roza con figuras legales ya existentes, como el cohecho.

Elecciones andaluzas

Según dijo el presidente del Gobierno, el caso Juan Guerra no ha sido objeto de discusión en el seno del Consejo de Ministros ni va a afectar, en su opinión, al Partido Socialista, aunque sí haya afectado, reiteró, a su vicesecretario general, Alfonso Guerra. Respecto a la posible incidencia del escándalo en las elecciones autonómicas andaluzas, previstas para el próximo mes de junio, se remitió a los resultadosque obtenga el PSOE de Andalucía en dichos comicios.Precisamente, el secretario general de los socialistas andaluces, Carlos Sanjuán, negó ayer en Madrid que el asunto Juan Guerra obedezca a una maniobra del actual presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, enfrentado al sector guerrista del partido, para asegurarse su designación como candidato del PSOE en las elecciones autonómicas. "Es una maniobra", dijo, "de un medio de información muy sevillano".

Sanjuán, que acudió a una reunión en Madrid de los presidentes socialistas de comisiones del Congreso de los Diputados, eludió comentar si para el PSOE ha supuesto un alivio la petición de baja temporal en el partido formulada por Juan Guerra.

Ante la insistencia de los periodistas, Sanjuán replicó: "Para nosotros lo que significaría un alivio es que el tema se recondujera a sus límites y por consiguiente se aceptara o estableciera, de una vez para siempre, que claramente el PSOE no puede ser responsable de las actividades privadas de sus militantes; y que es totalmente injusto que se haga también responsable a un cargo político por las actividades de sus allegados o familiares".

El secretario general del PSOE de Andalucía reiteró que tiene previsto mantener proximamente una conversación con el hermano del vicepresidente en la que espera recibir de éste todas las explicaciones que le reclame el partido. "Sabemos", agregó, "que lo que pide es libertad para defenderse y no implicar al Partido Socialista. Para nosotros, [Juan Guerra] no es militante del PSOE ahora y, desde esa perspectiva, vamos a tratar el tema; aun cuando la suspensión, repito, es temporal".