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CAMBIOS EN EL ESTE

La guerra del Caucaso amenaza al poder soviético

Pilar Bonet

PILAR BONETLa guerra entre armenios y azeríes amenaza con transformarse en una guerra contra el poder soviético en Azerbaiyán, donde, según informó un portavoz del Ministerio del Interior de la URSS, la ciudad de Lenkoran continuaba en poder de los activistas nacionalistas, y la capital, Bakú, era escenario de un mitin de miles de personas que pedían la dimisión de las autoridades republicanas y la abolición del poder soviético. Evgueni Primakov, el miembro suplente del Politburó que el Kremlim ha enviado a Bakú, fue abucheado ayer cuando intentó intervenir ante la multitud congregada en la capital armenia.

En Azerbaiyán ha cobrado ñueva fuerza el fundamentalismo islámico, y ha surgido un partido, llamado Nuevo Musavat, "que ha propuesto al Movimiento Nacionalista Armenio (la organización de masas equivalente al Frente Popular de Azerbaiyán) comenzar conversaciones para que Armenia y Azerbaiyán aban donen la URSS y ambas aborden después el problema de Nagorno-Karabaj", según manifestó a EL PAIS Galina Starovoitova diputada del Congreso de la URSS por Armenia y recién llegada de Eriván. Starovoitova, miembro del Grupo Regional de Diputados, dijo que en Armenia se propagan consignas para con vocar un congreso extraordina rio del Partido Comunista Armenio (PCA), con la intención de in corporar a los comunistas de Nagorno-Karabaj a la estructura armenia y separar al PAC del Partido Comunista de la Unión So viética (PCUS) por "diferencia de concepción en las cuestiones nacionales". El líder Mijail Gorbachov se entrevistó el miércoles con los tres máximos responsables comunistas de Armenia, manifestó Starovoitova, que señaló como posible tema del encuentro la conveniencia o no de introducir la situación de emergencia en Erivan. Tal cosa, según Staroboi tova puede predisponer a la población en contra del Ejército. En Bakú, y pese al vandalismo las autoridades locales no han decretado el toque de queda.Ayer no estaban claras aún las consecuencias del permiso para disparar recibido por los contingentes militares enviados al Cáucaso, incrementados con reservistas del Ejército y más hombres del Ministerio del Interior. Esta última institución tenía ayer, según un portavoz de la misma, un total de 24.000 hombres en Azerbaiyan, lo que supo ne un considerable incremento respecto a su contingente inicial de 5.400 hombres, aumentad con otros 6.600 el 11 y el 12 de enero.

El ministro de Defensa de la URSS, Dimitri Yazov, manifestó ayer a la radio soviética que no existía contradicción entre reducir el Ejército soviético en 500.000 hombres por una parte y llamar a los reservistas, jóvenes solteros licenciados hace poco del Ejército, para que acudan al Cáucaso. Algunas unidades en la zona estaban desplegando el potencial correspondiente a época de guerra, según dijo el ministro. El Ejército, según Yazov, se vio obligado a enviar nuevas fuerzas con objeto de controlar los centros estratégicos, localidades, carreteras, empresas e instituciones. Yazov calificó de "desgracia" la situación en el Cáucaso, y criticó, sin mostrar emociones, a los dirigentes de uno y otro lado por no contener las pasiones nacionalistas. Yazov evidenció la oposición con la que se enfrentan las fuerzas del orden destacadas en la zona al relatar cómo dos aviones que transportaban tropas a Azerbaiyán fueron golpeados por la multitud que bloqueó los aparatos, exigiendo que se llevaran a los soldados. El bloqueo a las fuerzas enviadas por Moscú se ha convertido en táctica corriente en Azerbaiyán.Vigilancia fronteriza

La vigilancia en la frontera soviética con Turquía e Irán se había incrementado sensiblemente, aúnque no parecía confirmarse su cierre, sobre el que informó la agencia de noticias armenla Armenpres. El KGB, cuyos efectivos militares en la zona se desconocen, es directamente responsable de la vigilancia de las fronteras. Una multitud exaltada de azeríes destruyó a fines del año pasado los postes y alambradas entre Irán y la URS S en el territorio de Najichevan, perteneciente a Azerbaiyán, pero rodeado por territorio armenio. Los azeríes decían querer poder visitar libremente a sus parientes residentes en territorio iraní y también recuperar para el cultivo las fértiles tierras en la ribera del río Araks.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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