_
_
_
_
VÉRTIGO EN EL ESTE

Modrow renuncia a crear una nueva policía política en la RDA

Hans Modrow, ministro presidente de la República Democrática Alemana (RDA), se encontró ayer por la mañana, cuando se dirigía a la Cámara del Pueblo en Berlín Oriental, con cientos de taxis tocando sus bocinas, colapsando el tráfico y protestando contra los privilegios asignados a los ex miembros de la odiada policía política (Stasi). No menos de 200 han sido empleados en la flota de taxis de la capital con un sueldo doble del normal. Modrow, una vez en el Parlamento tuvo que ceder a la presión popular y a la amenaza de los partidos que comparten el Gobierno con los comunistas y renunciar a la idea de crear un nuevo cuerpo de policía política, al menos hasta después de las elecciones del 6 de mayo.Modrow reconoció implícitamente las acusaciones de los grupos opositores de que la Stasi no había sido completamente desmantelada y que seguía espiando a la ciudadanía. "Hemos tomado las medidas necesarias para que esto no vuelva a suceder", dijo el primer ministro. Según cifras oficiales, tan sólo 25.000 de los 85.000 miembros de la Stasi han sido despedidos; los restantes siguen en nómina del Estado y, según la alianza opositora, iban a ser reciclados en la nueva policía política, bautizada Oficina para la Defensa de la Constitución.

Tres de los cuatro partidos que forman coalición con los comunistas en el Gobierno, los liberales (LDPD), los democristianos (CDU) y el Partido Campesino, amenazaron con retirarse del Gobierno si Modrow insistía en la creación de esta policía política. "Empezamos a ver cómo el SED maniobra para satisfacer su atávica hambre de poder", dijo el diputado liberal Hans Dieter Raspe.

Tras una salida en tromba los primeros días de este año, el renovado SED-PSD se ha visto obligado de nuevo a retroceder ante el clamor popular y a intentar salvar en lo posible la precaria estabilidad política del país. Con la decisión de ayer, Modrow consigue también aplacar las iras de la alianza opositora, que le espera el lunes en la mesa redonda con la amenaza de una huelga general.

En el terreno económico, el Gobierno de la RDA ha empezado también a hacer. las primeras concesiones. La ministra de Hacienda, Uta Nickel, explicó ayer que pese a que la ley general sobre inversiones extranjeras limitará a un 49% la propiedad ajena, eso no era más que las reglas básicas". "Por otro lado", continuó, "podremos decidir hacer excepciones para cada caso concreto". Nickel se unía así a su colega la ministra de Economía, Christa Luft, quien había asegurado que en los casos de medianas y pequeñas empresas la inversión extranjera podría controlar la mayoría del capital de las joint-ventures.

"Quedaros en casa, no vengáis aquí", pidió el canciller Kohl por televisión el jueves por la noche a los ciudadanos de la RDA, ayudad a reconstruir vuestra economía, meteos en política, recordad que tenéis elecciones libres y partidos políticos y que hay que desarrollar nuevas estructuras y realizar reformas". En un momento de la entrevista, Kohl tuvo un arranque de sinceridad y exclamó: "Temo la catástrofe; no quiero describirla, pero puede suceder".

La oposición socialdemócrata, por boca de Oskar Lafontaine, el más probable candidato a enfrentarse con el canciller en las generales de diciembre, ha aprovechado este tema para la campaña y ha pedido públicamente que se corte el flujo de refugiados para impedir el caos total. Según el político del SPD, el Gobierno debiera derogar las viejas leyes, "de antes de que se abriera el muro", que conceden una increíble cantidad de beneficios a los inmigrantes alemanes provenientes de Estados comunistas. "Muchos pensionistas de la RFA", dijo Lafontaine, "se preguntan aún cómo puede suceder que un ciudadano de la RDA llegue aquí y obtenga una pensión mucho más suculenta que la suya, conseguida a base de pagar religiosamente durante muchos años. Kohl no está haciendo nada en este sentido", sentenció.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_