Detenidos varios ex militares israelíes asesores del general Noriega

El coronel israelí en la reserva Mike Harrari, de 62 años, principal consejero del general Manuel Antonio Noriega, y otros israelíes al servicio del ex dictador panameño han sido detenidos por los norteamericanos en Panamá, según dijeron en Tel Aviv fuentes bien informadas, que fueron ayer confirmadas por la embajada de EE UU en Panamá. Entre los detenidos se encuentra Eliezer Ben Guitton, oficial de la reserva israelí, que fue responsable de la seguridad personal de Noriega por consejo de Harrari. El general panameño contaba, también, con un equipo de guardaespaldas israelíes.En Tel Aviv no se oculta el engorro que ha causado la detención de un ex coronel del prestigioso servicio secreto israelí Mossad por soldados norteamericanos, al que acusan de haber colaborado con el general Noriega.

"Harrari no estaba en Panamá en comisión de servicio, sino a título personal y aparentemente, se dedicaba al comercio", comentó Rubén Ben Eliezer, embajador israelí en Panamá, sin precisar la naturaleza de dicho "comercio". El embajador añadió: "Nuestro Gobierno no es responsable de las actividades comerciales o de cualquier tipo que ejercen ciudadanos israelíes a título privado. Lo mismo ocurre con los ciudadanos que no pertenecen a los servicios del Estado y, por tanto, sus viajes al extranjero no lo hacen en misión oficial. Harrari jamás me comentó nada sobre sus actividades y yo no le hice recomendación alguna". De esta forma el embajador Ben Eliezer confirmó que el general Noriega había nombrado a Harrari cónsul general de Panamá en Israel, poco antes de la invasión norteamericana.

Influencia "nefasta"

Por otra parte, la influencia de Harrari sobre Noriega, calificada como "nefasta" por agentes antidroga norteamericanos, fue abordada discretamente en alguna. ocasión por dirigentes de EE UU en sus conversaciones con políticos israelíes.

En cierta ocasión, el subsecretario de Estado norteamericano, Laurence Eagleberger, dijo que -Washington pidió expresamente a Jerusalén que llamara al orden a Harrari y le solicitara que abandonase Panamá. La respuesta oficial de las autoridades israelíes fue que resultaba imposible dar órdenes a un civil, aunque hubiera sido coronel.

De todos modos, confirmó una fuente autorizada, Harrari fue informado por los israelíes, de que no se podían mantener ocultos por más tiempo sus antiguos lazos con el Ejército y los servicios secretos y se le instó a que se desvinculara de Noriega. Sin embargo, Harrati consiguió convencer a sus interlocutores de que si terminaba su misión en Panamá, los interés de Israel, e incluso los de EE UU, se verían perjudicados. Su puesto, vino a decir, podría ocuparlo alguno de los numerosos consejeros cubanos o nicaragüenses, que acudieron a Panamá en los últimos meses.