Trasladado a Miami un Iugarteniente de Noriega
Las negociaciones que se llevan a cabo para solucionar el caso Noriega se han convertido en un ejercicio diplomático difícil y complejo. Las tres partes que participan -el Vaticano, el Gobierno de Guillermo Endara y el Gobierno norteamericano- parecen tener ideas muy dispares sobre el futuro del ex general panameño. Funcionarios de la Administración de Bush han solicitado al Vaticano que entregue al general Manuel Antonio Noriega. Mientras, el coronel Luis del Cid, un lugarteniente de Noriega detenido el lunes, ha sido trasladado a Miami, donde se le acusa de narcotráfico.
Noriega, el hombre fuerte de Panamá durante los últimos seis años, se halla refugiado desde el pasado domingo en el edificio de la Nunciatura vaticana en la capital panameña. Funcionarios norteamericanos consideran "totalmente inapropiado" que la Iglesia le continúe dando refugio, e incluso han sugerido que la mejor solución sería que alguien de la Nunciatura "acompañe a Noriega hasta la verja, y le entregue".Mientras el Vaticano continúa sin hacer pública su postura, EE UU considera que "Noriega debe ser entregado, porque no lo estamos reclamando por sus opiniones políticas sino por sus crímenes". Endara tampoco considera a Noriega un candidato válido para solicitar asilo político. "Nosotros [Panamá] le reclamamos por haber causado muertes; matar gente no es una actividad política", comentó el nuevo presidente panameño. Noriega, al que España y Cuba también parecen haber cerrado sus puertas, está sólo.
Un funcionario norteamericano que está siguiendo las negociaciones sobre el futuro del general panameño, declaró que "Washington quiere que el Vaticano rechace la petición de asilo formulada por Noriega y que le deje ir; nosotros nos encargaremos del resto". La misma fuente opinó que "EE UU rechazaría una petición de asilo como la que solicita Noriega al Vaticano. Noriega no terne ser perseguido por sus ideas, teme ser juzgado por sus crímenes".
Se mantiene el objetivo
El Vaticano y el nuncio en Panamá, el español Juan Sebastián Laboa, continuaban ayer sin pronunciarse sobre el futuro de Noriega. Durante el largo fin de semana navideño los contactos entre los responsables de la Nunciatura y las tropas nortearnericanas que rodean el edificio fueron prácticamente nulas.
El presidente George Bush logró hablar telefónicamente con el nuncio el pasado lunes, pero el contenido de la conversación no ha trascendido. Se sabe, eso sí, que Bush está negociando directamente con Roma.
Lo que parece claro es que mientras Noriega permanezca refugiado en la Nunciatura el conflicto de Panamá seguirá abierto. Las tropas norteamericanas no han recibido ordenes para replegarse, a pesar de que los marines han aplastado completamente los focos de la resistencia armada.
"Nuestro objetivo sigue siendo atrapar a Noriega y presentarlo ante las autoridades judiciales que le reclaman en Miami", declaró ayer el secretario de Defensa norteamericano Richard Cheney, quien aún no ha dado ha dado la orden de retirada a las tropas estadounidenses. Cheney comentó a su regreso de Panamá, donde pasó la Navidad con los soldados estadounidenses, que "sería un error replegar demasiado pronto las tropas que enviamos a Panamá".
Mientras, ayer trascendió que uno de los lugartenientes de Noriega, el coronel Luis del Cid, fue detenido el pasado domingo en Panamá y que su traslado a EE UU, donde se le reclama por narcotráfico y por blanqueo de dinero, se iba a producir de inmediato. Otras informaciones ya ubicaban ayer a Del Cid en Miami. Del Cid fue detenido en la costa oeste de Panamá y fue inmediatamente entregado a los agentes de la agencia antinarcóticos -DEA-.
EE UU no tiene tratado de extradición con Panamá, pero desde hace unos meses las agencias federales y el propio Ejército estadounidense se hallan legalmente capacitados por el Departamento de Justicia para detener terroristas y narcotraficantes en cualquier lugar donde se encuentren.
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