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HACIA UNA NUEVA EUROPA

La OTAN sienta las bases de un "nuevo atlantismo"

Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN sentaron ayer las bases de un "nuevo atlantismo" para "traducir a la realidad nuestra visión de¡ futuro de una Europa no dividida". La estrategia se basa en un mayor papel político de la Alianza Atlántica que le permita recuperar y conservar la iniciativa en el nuevo equilibrio continental que se avecina. La acción se proyecta a través del control de armamentos y nuevas reducciones de fuerzas, los vínculos reforzados con la CE y la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), y en unas relaciones con el Este "comercialmente sanas y en interés mutuo".

El secretario de Estado norteamericano, James Baker, destacó el acuerdo unánime de los aliados sobre el proyecto de tratado de reducción de armas convencionales (CFE), presentado el jueves en Viena, y el apoyo a la nueva arquitectura de la OTAN bosquejada a partir de las propuestas norteamericanas.Tanto Baker como el secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, saludaron la visita que realizará el próximo martes Edvard Shevardnadze a la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas. El ministro de Exteriores soviético mantendrá, a las diez de la mañana, "una entrevista abierta con el secretario general" y después una reunión informal con los representantes permamentes aliados, encabezados por el embajador decano, el español Jaime Ojeda.

Shevardnadze será recibido "en calidad de ministro de Asuntos Exteriores de la URS S, no de miembro del Pacto de Varsovia",, según precisó Wörner. La visita tiene un carácter excepcional y, aunque responde a la petición de los soviéticos, simboliza la apertura decidida de la OTAN al Este. "No queremos hacer nada. que genere inestabilidad en la URSS", dijo Baker, "pero actuaremos para minimizar las posibilidades de una involución, porque nada es seguro".

El Consejo Atlántico, máximo organismo de la OTAN, puso fin a dos días de reunión con un comunicado de siete páginas en el que se analiza la situación de cambio histórico en Europa y se diseña el plan de acción para superar la división del continente.

En el campo del armamento, la OTAN supera las anteriores reticencias de Estados Unidos y el Reino Unido, para poner el acento en el control de armamentos "como parte integrante y esencial de una estrategia de seguridad que se inscribe en un programa político más amplio". La acción inmediata es la firma en 1990 del tratado de Viena para la reducción de fuerzas convencionales en Europa. La Alianza Atlántica se compromete también a examinar posteriores reducciones de armamento, una vez concluido ese acuerdo. Otros objetivos son el acuerdo START entre Estados Unidos y la URSS, el próximo ano, para reducir armas estratégicas, y la prohibición total de las armas químicas.

Garante de la paz

La OTAN continuará siendo, afirma el comunicado, "el garante de la paz y la piedra angular de la estabilidad, la seguridad y la cooperación para la Europa del futuro". Pero, para ese porvenir, la organización necesita actuar con imaginación y reforzar su papel político. En ese proceso, la integración europea y la Comunidad Europea, como "punto de referencia y polo de atracción" ocupan un lugar clave.

El comunicado hace suyo por entero el acuerdo del Consejo Europeo de Estrasburgo sobre el derecho de Alemania a recuperar su unidad a través de la autodeterminación. Esta prioridad dada a la CE supone, en palabras del ministro Francisco Fernández Ordoñez, un "cambio inteligente en la estrategia de Estados Unidos", que ha pasado de hablar de la "Europa fortaleza" a pedir estrechamiento de relaciones con la Comunidad del mercado único. Pero, para otros analistas, esconde también la voluntad norteamericana de controlar, a través de la OTAN, el proceso de una Europa de los doce que camina hacia la unidad política.

Por último, la nueva arquitectura de la Alianza se completa con la apertura al Este, en la que se contempla la cooperación técnica, la aportación del "saber hacer" occidental y la "racionalización de los controles actuales" a la exportación de tecnología a la URSS y sus aliados europeos. La Alianza Atlántica recoge con satisfacción los programas de ayuda occidental al Este, pero propone la profundización de los cambios políticos y los principios de la economía de mercado como moneda de cambio.

En concreto, en la conferencia de Dinamarca, que se celebrará el próximo mes de enero se tratará de completar el cuadro de derechos humanos del Acta Final de Helsinki.

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