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El alcalde de Venecia protesta en París contra la candidatura de su ciudad a la Expo 2000

La decisión final se aplaza a junio, mientras crecen las críticas contra el proyecto

El Bureau International des Expositions (BIE), organismo responsable de determinar la ciudad que acogerá la Exposición Universal del año 2000, se reunió el jueves en París para estudiar las tres candidaturas presentadas: Hannover, Toronto, y Venecia. Tras escuchar los informes de las comisiones de inspección, el organismo se limitó a aprobar las tres candidaturas y a aplazar a junio del próximo año su decisión final. No obstante, un participante en la reunión señaló a este diario que las posibilidades de Venecia han disminuido a causa de la polémica desencadenada en torno a su candidatura, polémica puesta sonoramente de manifiesto bajo las propias ventanas del BIE, en la avenida de Víctor Hugo, por una delegación de un centenar de venecianos contrarios a la Expo y encabezados por su alcalde, Antonio Casellati.

La candidatura de Venecia fue presentada en París con una novedad, primer resultado de las críticas que en Italia y en todo el mundo está cosechando la idea de celebrar la Expo 2000 en la ambientalmente frágil ciudad de los canales. La de Venecia sería una Expo especial, dicen los delegados italianos, con un replanteamiento radical que pondrá el acento en la calidad y no en la cantidad de lo expuesto. Sería además una feria "descentralizada", con Venecia ciudad como núcleo simbólico, pero ubicada físicamente sobre otras zonas, y cuidadosa de la ecología. La nueva propuesta propone muy significativamente como tema de la exposición La construcción del equilibrio del sistema Tierra."Han dado la vuelta al planteamiento", señaló un asistente a la reunión del BIE, "pero se trata de una candidatura difícil, y que además se aparta de las normas. En principio, la Expo se concede a ciudades y no a regiones, lo que choca con esa idea de la descentralización; Toronto y Hannover poseen argumentos más favorables".

La protesta en París del alcalde Casellati, republicano, encabezando un "comité por el no" de un centenar de ciudadanos de la Serenessima, es solamente el último eslabón, por el momento, de una cadena de críticas contra la candidatura.

'Vaporetto' boicoteado

La comisión de investigación del BIE ya se encontró con un boicoteo al vaporetto con el que debían surcar los canales de la ciudad de san Marcos, y el puente que une la ciudad con tierra firme puede verse estos días lleno de pintadas que proclaman "Expo no", alternadas con algún más visceral "De Michelis, bastardo". Gianni de Michelis, ministro de Asuntos Exteriores italiano, está considerado uno de los principales impulsores de la candidatura veneciana, y algunos medios le han acusado de tener intereses económicos privados en el proyecto, a través de un hermano.Ataques menos politizados contra la Expo, pero de más peso en la opinión mundial, son los lanzados por asociaciones culturales y especialistas en arte internacionales. Efectuar la exposición universal en Venecia, dicen los críticos -que aumentan día a día-, sería darle la puntilla a una ciudad empeñada en una batalla a muerte contra sus problemas ambientales. El acontecimiento ferial colocaría sobre la maltrecha Serenissima varios millones suplementarios de visitantes, repitiendo durante meses una concentración de masas similar a la que la ciudad padeció con motivo del concierto de Pink Floyd.

Curiosamente, y en una de esas piruetas que sólo pueden darse en Italia, la polémica internacional ha coincidido con la celebración en Venecia de un encuentro de ciudades de todo el mundo enfrentadas con el agua. Según el programa, De Michelis, que desde luego no apareció, debía pronunciar el discurso de clausura, ante, entre otros, el alcalde Casellati, presidente del centro organizador de las jornadas. Pero eso no evitó la polémica: el que sí se presentó fue otro ministro, el de Ambiente, que se enzarzó en una polémica con el presidente de la junta regional véneta, Franco Cremonese, sobre la responsabilidad (Estado o Gobierno regional) en la lentitud con que se procede ante el deterioro ambiental de la laguna. Alcaldes, científicos y técnicos de todo el mundo (desde Port Moresby -Papúa- a Singapur, pasando por Osaka y Río de Janeiro) han sido estupefactos testigos del espectáculo mientras, fuera, la marea alta lamía por millonésima vez los escalones de las iglesias y palacios.

Las jornadas, organizadas por el nuevo centro veneciano Città d'Acqua, concluyó, polémica política aparte, con una llamada a las ciudades costeras para que asuman su responsabilidad frente a un posible alzamiento de las aguas como resultado del efecto invernadero. Los especialistas han convenido que las obras de ingenieria hard, las soluciones tecnológicas fuertes, no son la mejor solución contra el mar y han recomendado estrategias flexibles y adaptadas a la ecología.

El centro Città d'Acqua ha recibido la misión de servir de coordinador de otros organismos semejantes de todo el mundo y de propiciar el intercambio de información.

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