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EL FIN DE UNA DICTADURA

Las trampas legales tendidas por el régimen

El régimen del general Augusto Pinochet tendió una red de trampas legales y constitucionales para atar las manos del Gobierno que en marzo le sucederá en el poder. La continuidad de Pinochet en la comandancia y jefatura del Ejército, la designación de nueve senadores por parte del hasta ahora gobernante -en un Senado de 47 miembros-, y una ley elector al que favorece a las minorías son los principales obstáculos. Sólo una amplia mayoría opositora en las elecciones legislativas de ayer y un acuerdo con la derecha democrática permitirán a la oposición deshacer el tinglado que armó Pinochet.La principal reforma constitucional que desea hacer la oposición para pedir el pase a retiro del general Pinochet, requiere de una mayoría de dos tercios de los parlamentarios: 80 de 120 diputados y 31 de 47 senadores. Ésta es una meta que sólo los más optimistas entre los opositores creen posible. El quórum necesario para otras modificaciones a la Constitución es sólo de tres quintos de los parlamentarios y de simple mayoría para cambiar las leyes dictadas por Pinochet y la Junta de Gobierno. Entre estas últimas se encuentran las leyes sobre la pena de muerte, antiterrorista, la designación del consejo de televisión y la privatización de empresas estatales, que la oposición desea modificar.

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'Ego sum Pinochet'

Dos son las principales trampas para conseguir los quórum necesarios. Primero, una ley electoral que terminó con el sistema proporcional y estableció que en cada distrito se eligen dos parlamentarios. Segundo, los nueve senadores designados por el régimen militar. Para elegir los dos senadores y dos diputados en cada distrito, la oposición tiene que duplicar en votos a la lista de la derecha que esté en segundo lugar. Si en un distrito la oposición obtiene un 65% y una lista de la derecha el 35% restante, ambas eligen un parlamentario.

La ley, hecha a la medida de una fuerza oficialista que se sabe minoritaria, podría terminar sin embargo favoreciendo a la oposición donde ésta obtenga mayorías aplastantes. La fragmentación de la derecha en cinco listas benefició a la oposición, que está dividida en dos en los distritos donde es más fuerte.

En el Senado la meta es más lejana para la oposición. De los 38 senadores que son electos, necesita 31 para modificar la Constitución, pedir el retiro de Pinochet y suprimir los nueve senadores designados.

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