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HACIA UNA NUEVA EUROPA

"Aún no hay estado de excepción", dice Berlín Este

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Schwanitz advirtió que la actual situación está "a un mínimo paso de la escalada de la violencia". El Consejo de Ministros del Gobierno de Hans Modrow decidió ayer enviar "responsables plenipotenciarios" a las localidades más conflictivas, pero no reveló qué medidas podrían adoptar éstos. Miembros del congreso del par tido comunista (SED) dijeron ayer que los ataques a centros militares no tenían por objetivo confiscar documentos sino hacerse con armas. "La situación es extremadamente grave, nuestro partido no tiene influencia alguna como tampoco la oposición". Estas fuentes manifestaronn que de no conseguirse un consenso para "parar a la plebe" podría llegarse a una situación dramática. Los indicios de que las autoridades evalúan costos y posibilidades de una intervención ante el desmoronamiento de todas las estructuras estatales de poder se fortalecieron ayer con el anuncio del Gobierno de "su inmensa preocupación por el gravísimo peligro para la vida y salud de los miembros de la ANS". Este organismo es heredero del recientemente disuelto Ministerio de Seguridad Estatal (Stasi). En algunas ciudades ha habido heridos entre los miembros del ANS, según su máximo responsable.Llamamiento a la calma

Gobierno, intelectuales de la oposición y las Iglesias han llamado a la calma y máxima prudencia. Acciones de castigo o venganza contra antiguos responsables del régimen podrían ser utilizadas como pretexto para un intento desesperado de sectores comunistas por retener poder en un momento en que tanto el partido comunista como otras estructuras de dominación del régimen se desmoronan.

"Se está abusando de nuestro interés por no recurrir a la violencia. El requisito para que no exista violencia es la responsabilidad por ambas partes", manifestó el jefe de la ANS. "Con estas acciones nos podemos hundir en el caos". Según aseguró, desde el lunes "ha habido casos de violencia y amenazas que pueden tener gravísimas consecuencias para los ciudadanos y todo el país". Las acciones espontáneas de la población habían comenzado cuando ciudadanos de diversas poblaciones descubrieron que en las sedes de la policía política se estaban quemando o transportando al exterior con destino desconocido grandes cantidades de documentación.

En las ciudades de Cottbus, Dresde, Suhl y Rostock, la policía política tuvo que abandonar sus oficinas ante la imposibilidad de garantízar su propia seguridad. El comunicado gubernamental de la noche del miércoles ya anunciaba que "en las últimas horas se acumulan los indicios de ataques a instalaciones del Ejército Nacional Popular". Este comunicado fue publicado ayer en primera página por todos los medios impresos de la RDA. El ataque a instalaciones militares, tras los habidos a centros policiales supondría una grave escalada de la tensión e implicaría en la crisis a los órganos del Pacto de Varsovia.

El Gobierno no pudo o no quiso ayer identificar cuáles eran las instalaciones, oficinas o cuarteles del Ejército supuestamente agredidos.

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Sí declaró sin embargo que las ciladas cuatro centrales de distrito de la Oficina de Seguridad Nacional, la heredera del temido y recientemente disuelto Ministerio de Seguridad del Estado, habían sido cerradas y que sus miembros en varías localidades eran "asediados" en sus bloques de viviendas y objeto de agresiones tanto ellos como sus familias.

La comisión que prepara el congreso y posiblemente la desaparición del partido comunista (SED) llamaba ayer a "un inmediato consenso en la mesa redonda sobre los medios que emplear para garantizar la vida, la libertad, la dignidad y los derechos de las personas de este país". Hay que llegar a un acuerdo, señalaba en un comunicado hecho público a media tarde, respecto a cuándo se debe utilizar la violencia estatal para afrontar ataques contra personas, bienes e instalacione?".

Desde hace ya semanas, los medios oficiales, hasta ahora obedientes portavoces de la dirección, han estado animando incansablemente a la denuncia y a la creación de piquetes para evitar la destrucción de documentación comprometedora.

Un ambiente de delación y de liquidación de "cuentas pendientes", creado por la indignación ante la masiva corrupción del aparato del Estado que sale a la luz, se ha apoderado de la nación como lógica consecuencia de la nueva transparencia pero también del celo febril de antiguos cómplices del régimen de Honecker por distanciarse de éste. Nadie duda por otra parte de la existencia de provocadores en incidentes reales o en intentos frustrados.

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