La especulación sobre la peseta provocó una fuerte salida de capital a corto plazo en el mes de octubre
La elevada salida de capital a corto plazo registrada en el pasado mes de octubre, 1.484 millones de dólares, fue ligeramente superior al descenso de reservas contabilizado en ese mes por el Banco de España, 1.443, millones de dólares. Las declaraciones de responsables del Bundesbank, señalando la necesidad de proceder a una devaluación de la peseta y la lira italiana, y !a subida de los tipos de interés en la RFA, que no fue seguida por un movimiento similar en el mercado español, parecen estar detrás de esta fuerte salida de capital especulativo.
Los movimientos de capitales a corto plazo en el conjunto de la balanza de pagos española tienen un peso específico cada vez mayor, en consonancia con el proceso de liberalización de los intercambios con terceros países. Lo ocurrido en el mes de octubre y lo que ha venido pasando, aunque en sentido contrario, en los primeros meses de este ejercicio lo corroboran. Cualquier movimiento sobre el conjunto de las monedas que forman parte del Sistema Monetario Europeo incide de forma inmediata sobre las entradas o salidas de dinero a corto plazo en el resto de los países.En octubre las autoridades alemanas intentaron revaluar su moneda, con vistas a reducir las tensiones inflacionistas de su economía, a lo que se opusieron el resto de los países que forman parte del SME. Posteriormente pasaron a señalar la conveniencia de que una parte importante de las monedas de los otros países se devaluaran -franco francés, peseta y lira, especialmente-, a lo que también se negaron estas naciones. Sin embargo, bastaron algunas declaraciones oficiosas para que se proclujeran movimientos especulativos sobre esas divisas de relativa importancia.
Tipos de interés
Además, la autoridades de la RFA procedieron a elevar los tipos de interés en un intento de moderar el, crecimiento monetario para frenar el alza de los precios. La medida fue seguida de manera automática por la mayoría de los países de la Comunidad Europea y del Sistema Monetario Internacional por entender que detrás se escondía un movimiento revaluatorio de la divisa de Alemania. Italia y España, que ya tenían unos elevados tipos de interés internos, no modificaron el precio del dinero.
Ello ha provocado una salida de divisas colocadas hasta entonces en títulos españoles hacia otros mercados que elevaban su rentabilidad y que, adeniás, si tenían alguna expectativa sobre su tipo de cambio era al alza. De esta forma el capital a corto plazo registró en octubre un saldo negativo de 1.484 millones de dólares, 41 millones más que el descenso de reservas de divisas en ese mes.
En el conjunto de los 10 primeros meses del año que van transcurridos, el saldo de la balanza de capital a corto plazú sigue siendo positivo para la economía española, pero en bastante menor medida que en los meses previos al verano, cuando alcanzó un máximo preocupante para las autoridadeseconómicas. Al final de octubre el saldo positivo es de 1.466 millones de dólares, la mita.d de lo que era un mes antes y muy por debajo de los niveles anteriores.
A esta salida de capitales, acelerada en octubre pero constante desde el verano, se ha llegado por una ligera estabilidad e incluso reducción de los tipos de interés practicados por la deuda pública española, que ha venido siendo cada vez menos atractiva para los inversores extranjeros, y, sobre todo, el que en la última subida generalizada del precio del dinero en Europa y Japón no se sumara la economía española.
Volumen de reservas
El margen de maniobra de la economía española para soportar tensiones de este tipo sigue siendo elevado, a juicio de los expertos, dado que aún mantiene un fuerte volumen de reservas, cifrado en 45.310 millones de dólares, casi 5.500 millones más que los contabilizados a principios de este año.
A lo largo del ejercicio actual la balanza de capitales, a corto y largo plazo, ha sido la que ha permitido el equilibrio entre el deterioro comercial sufrido por las relaciones entre España y terceros países y la acumulación de reservas que se ha venido produciendo. En la misma medida en que los problemas comerciales de la economía española se deterioraban hasta límites poco sorportables las entradas de dinero exterior compensaban con creces estas salidas y permitían aumentar la cuenta de reservas de divisas.
Si hasta el verano esta situación la equilibraban las entradas de capitales a largo y a corto plazo a partir de septiembre todo el esfuerzo se mantiene sobre las entradas netas de capitales a largo plazo, especialmente inversiones directas porque el endeudamiento exterior estaba sometido a restricciones para el sector privado que hacían imposible en la práctica que ninguna empresa tomara un préstamo en divisas por el depósito obligatorio.
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