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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Crecimiento y empleo

DURANTE EL tercer trimestre del año se crearon en España, según la última encuesta de población activa (EPA), 232.400 nuevos empleos. Como en ese mismo período se incorporaron al mercado de trabajo 146.000 personas, el balance supone una disminución del número de parados de unas 87.000 personas. Así, con una cifra total de 2,46 millones de parados, la tasa de desempleo se sitúa en el 16,57%, la más baja desde 1982. Hace dos años, las moderadas previsiones gubernamentales situaban ese objetivo en 1992.Ello constituye la prueba más elocuente del dinamismo de la economía española y, sobre todo, de la buena relación entre crecimiento económico y creación de empleo. Para el conjunto de la CE, un crecimiento del PIB del 3,5%. supuso en 1988 un aumento del empleo del 1,1%. En Japón, la relación fue del 3,8% al 0,8%. Naturalmente que la situación de base es muy diferente, pues ningún otro país industrializado sufrió en el período anterior una destrucción de empleo tan rápida como el nuestro. Pero no deja de resultar significativo que, con una media de crecimiento del PIB en torno al 5%, el empleo haya aumentado en España, desde 1985, a un ritmo del 4% anual. Si tomamos como referencia la EPA del tercer trimestre de 1988, en un año se han creado en España 576.000 nuevos empleos, es decir, casi 1.600 cada día. Ello es aún más notorio si se considera que en el período anterior a la crisis, entre 1960 y 1973, el empleo creció en la CE un 0,3% anual, mientras que el PIB lo hacía a un ritmo del 4,8%. En España, la relación fue similar.

Desde las centrales sindicales se ha insistido en la creciente precariedad del empleo como explicación de tan espectacular crecimiento. Ciertamente, el 28% de los asalariados tiene actualmente contrato temporal, cuando hace dos años el porcentaje era del 14%. Lo cual plantea una cuestión de no fácil respuesta: ¿es necesario pagar un precio semejante para que el empleo siga creciendo en España? Probablemente siempre es mejor crear empleo temporal que ningún empleo, y es cierto, por otra parte, que los países con más empleo temporal son también aquellos con más capacidad para crear empleo fijo. Pero en un país como el nuestro, donde la protección al desempleado es aún muy precaria y donde la formación profesional -y, por tanto, las posibilidades de reciclaje laboral- es insuficiente, esas dos premisas hay que manejarlas con cierta cautela. De ahí que no se debiera hacer oídos sordos a las quejas planteadas por los sindicatos. En lo que éstos no tienen, sin embargo, mucha razón es en sus acusaciones sobre subvenciones al empleo, que supondrían "un regalo a los empresarios sin contrapartidas": con menos flexibilidad, el empleo no se hubiera beneficiado tanto del crecimiento y, a su vez, la expansión económica hubiera sido menor sin ese incremento del número de asalariados.

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