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EL VOLCÁN CENTROAMERICANO

Las armas callan en El Salvador mientras la guerrilla llama al diálogo

Antonio Caño

Los combates cesaron súbitamente en El Salvador, y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) llamó a una negociación con las fuerzas armadas para poner fin definitivamente a la guerra. El Gobierno, sin embargo, da por roto el diálogo después de que la guerrilla no acudiese a la cita del miércoles pasado en Caracas.

La delegación negociadora del Gobierno estuvo en la capital venezolana el día 22 de noviembre, tal como había sido acordado por los dos bandos en la ronda de San José, el pasado mes de octubre, pero el FMLN, todavía ocupado ese día en la operación militar del hotel Sheraton, no envió a sus representantes. Portavoces de la guerrilla informaron que una delegación suya tenía previsto llegar ayer a Caracas con la misión de entrevistarse con el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, quien hace gestiones para sentar a ambas partes a la mesa.El Gobierno del democristiano Alfredo Cristiani culpa a los dirigentes del FMLN de la suspensión de las conversaciones y le acusa de haber optado por la guerra, como demuestra la ofensiva militar lanzada sobre la capital salvadoreña el 11 de noviembre, pero no parece cerrar totalmente las puertas a un próximo diálogo.

Las fuerzas armadas, muy afectadas por los ataques rebeldes, se muestran mucho más reacias a la negociación, como deja claro la cadena nacional de radio, controlada por las fuerzas armadas, que continuamente advierte que la negociación con "los terroristas subversivos" es una táctica dilatoria que sólo beneficia al FMLN.

La actitud de la influyente extrema derecha salvadoreña queda perfectamente reflejada en el periódico El Diario de Hoy, que escribe la palabra diálogo entre comillas.

El FMLN, aparentemente satisfecho con los resultados de su ofensiva militar, quiere ahora un replanteamiento de las negociaciones. No desea seguir por el camino iniciado en septiembre pasado, en el que la guerrilla creía sentirse atrapada en una maniobra de desgaste. Según un comunicado hecho público ayer, quiere ahora una negociación con las fuerzas armadas, contra las que ha combatido ferozmente durante 10 días, con objeto de llegar a un cese del fuego y a un proceso serio de negociación que acabe con la guerra.

Más de 1.000 muertos

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Hablar de esto cuando aún están calientes los cuerpos de cientos -tal vez más de 1.000- de muertos durante los últimos combates parece una utopía. Aparentemente, la sed de sangre no ha sido todavía saciada en este país. Hace unos días, un soldado salvadoreño se arrodilló junto al cadáver de un guerrillero y, para impresionar a los fotógrafos que le observaban, le cortó las orejas, primero, y le clavó después un puñal en el pecho para abrirle un agujero por el que le sacó las entrañas.La crueldad de esta guerra no tiene comparación. La retirada de los guerrilleros de los barrios que han ocupado temporalmente ha desatado el miedo a la represalias contra aquellos de los que el Ejército sospecha de haber colaborado con el FMLN.

El resurgimiento de los escuadrones de la muerte, que se anunció con el asesinato de los seis jesuitas, no se ha confirmado totalmente hasta ahora, aunque tampoco faltan sucesos aislados que hacen temer lo peor. La dirigente de un instituto de protección de la mujer, Norma Guirola, esposa de un alto funcionario de la universidad de El Salvador, fue sacada de su casa y asesinada por desconocidos la pasada semana. También ha sido denunciada la desaparición de un alto dirigente sindical después de que varios testigos observasen su detención por fuerzas militares.

Fuentes eclesiásticas han informado que las dependencias del arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera y Damas, fueron asaltadas por escuadrones de la muerte, que quemaron algunos archivos de la Iglesia. Las mismas fuentes dijeron que Rivera, que ha sido indirectamente amenazado por funcionarios gubernamentales, trata de reducir al mínimo sus apariciones públicas para evitar riesgos.

Una veintena de españoles residentes en El Salvador abandonarán hoy ese país "por razones de seguridad" a bordo de un avión de las fuerzas aéreas españolas, informó la Embajada en San Salvador. Un primer grupo de 53 personas fue evacuado el lunes.

[El presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Ángel Suquía, prometió ayer que una delegación de obispos españoles visitará El Salvador próximamente, en respuesta a la petición formulada por fieles de la diócesis. En la tarde de ayer se celebró una manifestación ante la Embajada de EE UU en Madrid, convocada por partidos políticos y organizaciones cristianas.]

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