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¿Loco o chantajista?

A salvaguarda de la investigación judicial, cuyas diligencias han sido declaradas secretas, la opinión general parece haberse inclinado por atribuir el envenenamiento a un loco. El propio Santiago Pedraz habla de "los locos que están provocado todo esto".Una de las hipótesis barajada en el caso apuntaba, sin embargo, a la posibilidad de que el loco en cuestión no fuera, en todo caso, una persona totalmente desinteresada, y actuara con el propósito de extorsionar a la empresas perjudicadas. Según esa teoría, la ampliación del envenenamiento a otras firmas de agua mineral y a otras áreas geográficas responde justamente al propósito de despistar a la policía.

Tampoco se descarta que la publicidad asignada a los primeros casos haya inducido a otros desaprensivos a actuar de forma espontánea. Algunas de las últimas botellas contaminadas mostraban en sus envases de plástico, de forma más bien burda, los orificios de las jeringuillas utilizadas para introducir los productos tóxicos. El autor, o autores, de estos hechos introduce el producto tóxico, normalmente por medio de una jeringuilla, en uno solo de los envases de las partidas de botellas y respeta el resto. El delito está calificado como homicidio frustrado.

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Un agua demasiado limpia

Varias personas

Parece claro, eso sí, que la adulteración de la docena de botellas aparecidas hasta ahora ha sido obra de varias personas, dato que induce a pensar en acciones superpuestas. De hecho, la policía sospecha que uno de los casos descubiertos puede haber respondido al intento de deshacerse por la vía más expeditiva de un familiar particularmente molesto. Por el contrario, la policía parece haberse convencido de que la adulteración de unas de las botellas aparecida en un bar de Pasajes no es producto de una travesura, como pensó en un principio. Otro dato que apuntala la autoría de varias personas es la variedad de productos tóxicos empleados, desde los disolventes hasta la lejía.

Puede decirse, eso sí, que el caso trae de cabeza a los 35 agentes de la Policía Judicial que trabajan a marchas forzadas desde hace dos semanas a las órdenes del juez Santiago Pedraz.

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