Jesús M. Rodés como síntoma
Las declaraciones del director de la escuela de la Policía Autonómica de Cataluña, Jesús María Rodés, sobre el brutal asesinato de seis jesuitas en San Salvador por parte de los escuadrones de la muerte me parecen enormemente preocupantes [véase EL PAÍS del sábado 18]. Me parecen un pésimo síntoma de hacia dónde nos conduce la creciente superficialidad de la cultura light de una parte importante de los creadores de opinión en nuestro país. Una cultura que prima la brillantez formal sobre el análisis profundo y riguroso de la realidad; que prima la provocación fácil sobre la honestidad intelectual y la coherencia personal.Es más grave este fenómeno partiendo de alguien que se autoproclama de izquierda y miembro del PSUC. Es lamentable este desfilar de personajes que un día se dijeron de izquierda hacia posiciones de connivencia con lo más reaccionario. El momento actual del mundo, cada vez más complejo, exige más que nunca el rigor intelectual y la coherencia personal en el análisis político. Los catecismos que explicaban el mundo en muy pocas páginas han entrado en crisis definitivamente. Contra lo que opinan los ideólogos del Gobierno de EE UU, que pronostican el fin del combate de ideas, hoy la batalla del pensamiento es más necesaria que nunca. Jamás como hoy fue más importante pensar por uno mismo.
En este contexto, el análisis de los conflictos de Latinoamérica, como debería saber el señor Rodés, requieren un conocimiento directo y profundo de una realidad tan diferente de la nuestra. Las declaraciones del señor Rodés demuestran la ignorancia más absoluta o una manifiesta mala fe. He escuchado la cinta magnetofónica con las declaraciones del director de la escuela de la policía autonómica. Tras oírlas, he tenido la certeza de que no es sólo un síntoma de la cultura de contraportada que nos martiriza a diario en Prensa, radio y televisión, sino que tienen manifiesta mala fe. Me parece del todo oportuna la petición de que sea dispuesto su cese de inmediato de todo cargo público en la Administración autonómica.
Manuel Ludevid es economista y ficenciado en Historia Contemporánea.
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