El cardenal O'Connor afirma que los enfermos que mueren del SIDA "se van al cielo"
El cardenal O'Connor, arzobispo de Nueva York, afirmó ayer en la conferencia mundial sobre el SIDA organizada por el Vaticano que estos enfermos, a quienes la congregación de la madre Teresa de Calcuta ayuda a morir serenamente, "ciertamente se van al cielo". El poderoso cardenal de Nueva York ha confesado que él ha asistido personal mente a más de 1.000 enfermos del síndrome y que incluso ha recogido con sus manos sus orinales.
La conferencia, que concluye hoy, discutió ayer sobre las nuevas medicinas para luchar contra la enfermedad y abordó el espinoso tema de los preservativos. Monseñor Fiorenzo Angelini, el obispo presidente del Ministerio de la Salud del Vaticano y alma de la conferencia, protagonizó, en la sala del sínodo donde se celebran las sesiones, un espectacular golpe de efecto al abrazar en público, con efusiones de afecto, al sacerdote rebelde que el lunes había alzado una gran pancarta escrita con letras rojas en las que se leía: "La Iglesia está enferma de SIDA".El sacerdote, John White, de 45 años de edad, irlandés y no norteamericano como se había dicho en un principio, es un misionero que lleva trabajando muchos años en África y que antes había trabajado como enfermero en Londres. Cuando monseñor Angelini supo por los gendarmes que lo habían llevado en vilo del aula del sínodo que se trataba de un sacerdote verdadero y además enfermo de SIDA, lo hizo entrar ayer por la mañana en el aula y lo abrazó delante de toda la asamblea.
El misionero contestatario expresó que lo que él quería indicar con su gesto de rebeldía es que cuando un cristiano está enfermo "toda la Iglesia lo está también". Dijo que no sabía cómo se había contagiado, pero que le pasó en África trabajando con enfermos de SIDA. Por su parte, el obispo aprovechó para decir que no era cierto lo que había escrito la prensa de que en la conferencia vaticana están todos menos los enfermos", ya que, añadió monseñor Angelini: "En esta asamblea hay varias personas que están enfermas de SIDA pero por respeto permanecen en el anonimato".
Toda la jornada de ayer estuvo centrada en el análisis de la necesidad de experimentar nuevas medicinas contra el SIDA Según Erik de Clercq, director de la división de microbiología de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, existen hoy ya medicinas que han demostrado una eficacia igual al AZT y que, parece que no tienen sus efectos colaterales. Lo que ocurre, dijo, es que hay que ampliar las investigaciones clínicas sobre humanos.
Preservativos
También volvió a ponerse sobre el tapete el para la Iglesia espinoso problema del uso de los preservativos para prevenir el SIDA. Lo sacó a relucir esta vez una mujer: la africana Cecilia Moloantoa, secretaria del departamento de Sanidad de la Unión de Conferencias Episcopales del África Austral. Moloantoa explicó que en África el mayor número de enfermos de SIDA se hallaba, en principio, entre los "homosexuales blancos" y que después ha aumentado entre los de color. "El uso del condón", dijo la experta, "está considerado inaceptable por la Iglesia, que lo considera pecado. Por eso es oportuna una revalorización de la castidad, ya sea antes del matrimonio como dentro de él".Otra mujer, la enfermera católica brasileña Giuseppina Azzolini, que trabaja en asociaciones católicas de San Pablo, tomó ayer la palabra para advertir que .es esencial presentar al enfermo de SIDA la imagen de un Dios que antes de ser juez es padre y que no se alegra con el dolor de sus hijos".
Hoy concluye el congreso con una intervención del Papa Juan Pablo II y pondrá punto final el actual presidente del Gobierno italiano, Giulio Andreotti, democristiano, amigo personal de monseñor Angelini, un eclesiástico a quien tanto debe la Democracia Cristiana romana, ya que mueve para ellos miles y miles de votos al ser el responsable de todos los hospitales y clínicas de Roma que están casi en su mayoría en manos de religiosos y religiosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Doctrina social
- Cardenales
- Administración eclesiástica
- VIH SIDA
- Conferencias internacionales
- Anticonceptivos
- Anticoncepción
- Enfermedades infecciosas
- ETS
- Enfermedades
- Relaciones internacionales
- Reproducción
- Clero
- Medicina
- Investigación científica
- Iglesia católica
- Relaciones exteriores
- Cristianismo
- Salud
- Religión
- Ciencia