Tiemblan los cimientos comunistas

Los ecos del millón de personas que se manifestaron el sábado en- Berlín Oriental, así como en Magdeburgo, Rostock, Altemburg , Potsdam. Halle y Arnstad seguían haciendo temblar ayer los cimientos del Partido Socialista Unificado (SED, comunista), en el poder en Alemania Oriental.Pese a ser día festivo, la purga iniciada por el nuevo líder, Egon Krenz, se cobró ayer una nueva víctima, el secretario del partido en Leipzig, Horst Schumann, de 65 años. Con la caída de Schumann son ya cuatro -de un total de 15- los secretarios regionales del SED que han dimitido, además de cinco miembros del buró político y una larga lista de alcaldes y altos cargos. Es difícil en este momento hacer ningún tipo de pronósticos sobre los políticos que pueden seguir el mismo camino de aquí al miércoles, cuando se celebre la reunión del Comité Central del SED, de la que se espera una total renovación del partido.

Lo que ya parece evidente es que la dinámica social se aparta cada vez más de la pretensiones de quienes ejercen el poder, incluso de los más reformistas. El jefe del partido en Berlín, y miembro del Politburó, Günter Schabowski, que aparecía como el gran motor detrás de la caída de Erich Honecker, pudo comprobarlo por sí mismo cuando el sábado, en la Alexanderplatz de Berlín, intentó dirigirse a los congregados y sus palabras no llegaron a ninguna parte, tapadas por el abrumador abucheo de las masas.

No parece, sin embargo, que esta revolución pacífica que está teniendo lugar en la patria del socialismo científico de vanguardia cuente con líderes que puedan tomar las responsabilidades del poder. Fuera del sistema, los líderes de los grupos opositores recién formados no están preparados para ello. En el SED, al margen de que surja alguien inesperadamente, queda sólo el secretario del partido en Dresde, Hans Modrow, el llamado hombre de Gorbachov, que ha conseguido hasta ahora no ser identificado con los desprestigiados jerarcas.

Ayer, para cerrar el cuadro, el ministro de Cultura, Hans, Joachim Hoffman, declaró en una reunión de artistas y profesores que todos los miembros del Politburó deberían dimitir para permitir la formación "lo antes posible" de un nuevo Gobierno.