Felipe González ofrecerá el apoyo español al proceso democratizador en Hungría

El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, inicia mañana un viaje oficial a Budapest para brindar su apoyo político a la democratización en curso en Hungría, que concretará anunciando una ayuda española al país magiar al margen de las que España ya le concede a través de la Comunidad Europea (CE). El jefe del Ejecutivo llegará a última hora del martes a la capital húngara, y a lo largo de sus 48 horas de estancia tiene previsto entrevistarse con la plana mayor de¡ Gobierno y de los principales partidos políticos, en el poder o en la oposición.La ayuda adicional de España consistirá en la concesión de una generosa línea de crédito, para fomentar las importaciones de productos españoles por Hungría, cuya cuantía no ha, sido dada a conocer porque González desea, probablemente, reservarse la primicia del anuncio. Cuando hace un mes los Reyes de España visitaron Polonia, otro país del Este en plena transformación, el ministro de Educación, Javier Solana, también indicó que el Gobierno español haría "un esfuerzo suplementario" abriendo una nueva línea de crédito con motivo de la reunión, este mes, de la comisión mixta hispano-polaca.

Durante la estancia de González en Budapest también se concluirá, aunque no se firmará todavía, el protocolo de un acuerdo de cooperación industrial. No en balde, el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, forma parte del séquito presidencial junto con el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

Aunque tienen un evidente significado político, los gestos españoles son más bien simbólicos comparados con la ayuda de 39.000 millones de pesetas que los doce tienen previsto otorgar a Polonia y Hungría el próximo año y que en sus dos tercios correrá a cargo del presupuesto de la CE. El Parlamento Europeo considera incluso que la cantidad es insuficiente, y para incrementarla en 13.000 millones libró la semana pasada una primera batalla.

El primer jefe del Ejecutivo español que visita Hungría llega al país magiar cuando este país es casi jurídicamente homologable a un Estado democrático occidental, con la única salvedad de que aún no se han celebrado elecciones legislativas. El próximo 26 de noviembre tendrá lugar un referéndum para decidir si el presidente de la República debe ser designado por sufragio universal o por el Parlamento, que será elegido a principios del año próximo en los primeros comicios totalmente libres en un país del Este.

González tiene previsto entrevistarse, el miércoles y el jueves, con el presidente interino y con los líderes de los partidos que han fomentado "la revolución tranquila", como se describe a la democratización húngara. En su agenda figuran citas con la Alianza de los Demócratas Libres, la Alianza de los Jóvenes Demócratas, el Foro Democrático, el Partido Social Demócrata y, por supuesto, con Imre Pozsgay, uno de los artífices de la reforma y dirigente del Partido Socialista Húngaro, heredero del disuelto Partido Comunista, que ha pedido su adhesión a la Internacional Socialista.

Más aún que agradecerle sus gestos, sus interlocutores le pedirán al presidente español que luche en el seno de la CE para adelantar en cinco años la supresión de las restricciones cuantitativas a la importación por los doce de los productos húngaros y para que Hungría pueda beneficiarse de la cláusula de nación más favorecida y del sistema comunitario de preferencias generalizadas.