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Un atisbo de esperanza

Las lluvias caídas en los últimos días no han paliado los daños de la larga sequía de la Península y Baleares

Las lluvias caídas en estos últimos días, más que para aliviar la prolongada sequía que padecen la Península y Baleares, han servido como punto de esperanza de que la escasez de agua comience a resolverse. De Jaén a Cantabria, de Extremadura a Gerona o Mallorca, el panorama es desolador: los pantanos están vacíos, las reservas de agua son escasas, las restricciones al consumo se extienden y las pérdidas en los cultivos y la ganadería aumentan diariamente.

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La sequía no remitirá en el norte de España. Las lluvias caídas durante este fin de semana han sido suaves e insuficientes, informa Javier Cuartas. La Dirección Regional de Interior del Gobierno asturiano, que desde hace 15 días abastece mediante autobombas a 6.000 personas de 63 pueblos de la región, cuyos manantiales han quedado totalmente secos, pondrá en marcha la semana próxima la segunda fase de este plan de emergencia, para garantizar el suministro de agua a 10.000 personas más.La lluvia caída en las últimas horas ha sido beneficiosa, pero insignificante. "Ha sido una lluvia favorable porque ha caído de forma suave, y eso ha favorecido su filtración en un terreno extraordinariamente seco. Pero la sequía es tal y tan profunda que las precipitaciones habidas no tienen ninguna relevancia", comentan expertos de la Confederación Hidrográfica del Norte de España. De la misma opinión es el director regional de Interior, Enrique Baquero, quien recuerda que la sequía no es una novedad sino una tendencia que se ha ido agudizando en el Cantábrico desde hace cinco años.

El último invierno fue el más seco de los últimos 40 años en la cornisa cantábrica, pero en los meses posteriores no se ha aliviado la grave situación.

Los daños ya son cuantiosos en el campo. Los sindicatos agrarios asturianos han evaluado los perjuicios de la sequía en unos 2.500 millones de pesetas. Además, la producción láctea ha descendido en un 35%. Las lluvias caídas tampoco han mejorado sensiblemente el nivel de los embalses. En el País Vasco, a pesar de que las primeras lluvias ya han hecho su aparición, la situación de sequía continúa siendo alarmante, informa Aitor Guenaga. Los técnicos del Consorcio de Aguas del Gran Bilbao, que visitaron el pasado jueves los dos embalses del sistema Zadorra (Álava), no dejaban de repetir: "Desolador, desolador, desolador". Las reservas de los 442 kilómetros cuadrados de cuenca de los pantanos de Ullibarri-Gamboa y de Santa Engracia se encuentran en los niveles más bajos de los últimos 50 años.

Javier Cruz, vicepresidente del consorcio, estudia nuevas medidas relacionadas con el control del gasto no doméstico: "Si la situación no mejora es posible que las empresas tengan que buscar fuentes de abastecimiento diferentes a las nuestras". El Gobierno Civil y el propio consorcio han previsto la posibilidad de suministrar agua a Altos Hornos de Vizcaya (AHV) y a Petronor a través de superpetroleros.

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La cuenca del Besaya, espina dorsal de la economía cántabra, sólo poseía, la semana pasada, agua para 15 días debido a que el bajo nivel del embalse del Ebro impide el trasvase de agua al río Besaya, en cuyas márgenes se asientan las principales industrias de la región, informa Jesús Delgado. La sequía ha producido en el medio rural de Cantabria pérdidas por valor de 5.000 millones de pesetas.

Montes arrasados

En Galicia, las lluvias caídas en los últimos 15 días han aliviado parcialmente los efectos de la sequía, una de las peores de este siglo, informa Xosé HermidaSin embargo, el retorno a Galicia de su metereología habitual tendrá consecuencias desastrosas para los montes, arrasados durante el verano por las llamas.Burgos será la primera ciudad de Castilla y León en sufrir restricciones de agua para el consumo humano, informa Luis Miguel de Dios. Los cortes comenzarán a las once de la noche de hoy y se prolongarán diariamente hasta las siete de la mañana. La medida ha sido adoptada ante la situación de los embalses del Arlanzón y de Úzquiza. El primero se halla desde hace meses sin agua, y el segundo, a menos del 8% de su capacidad. Burgos se suma así al grupo de localidades que sufren problemas de suministro de agua en Castilla y León. La provincia más afectada es Salamanca, con 59 pueblos en alerta roja.

Las lluvias caídas durante la pasada semana y las primeras nevadas no han aliviado el problema. Para poner a los pantanos en su situación de años normales harían falta aguaceros y nevadas mucho más fuertes y continuos. Los embalses de la cuenca del Duero se hallan al 8,6% de su capacidad.

Ciudad Real padece graves problemas de escasez ya que el pantano que surte de agua a la capital y a la localidad de Miguelturra, el Gasset, se encuentra a un 13,12% de su capacidad y su disponibilidad para el riego es nula, igual que el pantano de la Torre de Abraham, al 2,1% de su capacidad, informa José Luis Murcia.

Los embalses de la cuenca del río Ebro se encuentran, como término medio, al 45,4% de su capacidad, informa Javier Ortega. En Gerona, el embalse de Susqueda se ha convertido en una atracción turística, ya que debido a la falta de agua, alguna de las casas del antiguo pueblo y la iglesia han quedado al descubierto, informa Pepa Bouis. En Mallorca, los dos embalses, Gorg Blau y Cuber, están al 5% de su capacidad debido a la ausencia de lluvias, informa Patricio Candia.

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