Mentes distorsionadas
La Conferencia Episcopal de Colombia acaba de tener noticia de un artículo aparecido con fecha del martes 17 de octubre, en parte tomado de la publicación alemana Publik Forum.Lo que en ese periódico y en Publik Forum se afirma sobre la jerarquía colombiana; sobre el arzobispo de Manizales, monseñor José de Jesús Pimiento, y sobre el presidente de esta Conferencia Episcopal y arzobispo de Medellín, cardenal Alfonso López Trujillo, es totalmente injusto, y en Colombia tendría tan sólo cabida en mentes enfermizas o distorsionadas por la ideología.
La acción de la Iglesia colombiana por la vida, la justicia y la paz ha sido constante y es por todos reconocida. Ha sido firme y permanente la lucha evangélica contra la violencia y el narcotráfico, y si hubo alguna publicación tendenciosa tuvo que ser rectificada. Publicaciones de ese estilo constituyen una penosa violación a los derechos sagrados de la persona humana, que son derechos también de los pastores. Mientras en Colombia el partido comunista, las guerrillas y la opinión pública agradecen la acción reconciliadora de la Iglesia, ustedes o han sido asaltados en su buena fe por personas injustas e inescrupulosas o han sido cómplices en una actitud que no da propiamente credibilidad a la causa que propugnan. Procediendo como ustedes lo hacen se conculca la justicia.
Es un penoso contraste comprobar que el señor cardenal Alfonso López Trujillo ha recibido amenazas del narcotráfico por su posición clara y erguida.
Se pensó en el comité permanente de la Conferencia Episcopal inicialmente que publicaciones de ese género no merecían respuesta. Sin embargo, confiamos en que ustedes, por razones éticas, publicarán esta nota que enviamos con algún material.
Precisamente hace unos días fue vilmente asesinado un obispo colombiano, sacrificado a pesar de su acción por el evangelio y la paz. Todo indica que los autores de este crimen fueron personas que esgrimen en sus campañas curiosamente argumentaciones de cuño cristiano. En Colombia conocernos el hecho penoso del sicariato, no extraño a otras naciones europeas que han sufrido también la incidencia del narcotráfico, de la Mafia y de la Camorra. Todo esto a pesar de la bondad de un pueblo que amamos y admirarnos. Y conocemos también la ignominia del sicariato moral al que ustedes se asociarían si no rectifican tan calumniosas noticias. Proceder a esta rectificación significará, en cambio, que de verdad ustedes han sido simplemente víctimas de un abuso.-
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