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En paradero desconocido

Dos cuadros de Velázquez y uno de Carreño de Miranda desaparecieron del Palacio Real de Madrid entre el 10 y el 14 de agosto pasados. El Patrimonio Nacional denunció en su momento ante la autoridad judicial la falta de los tres pequeños cuadros, valorados en 275 millones de pesetas, que se custodiaban en un área cerrada al público conocida como sala Velázquez, ya que albergaba siete lienzos del pintor sevillano. Ahora ya se sabe que los desaparecidos son cuatro. El de Bayeu, valorado en diez millones de pesetas, se ha unido a ellos.Los cuadros de Velázquez están valorados en 100 millones de pesetas cada uno y, aún tratándose de un fragmento y de una atribución, son considerados por los expertos como "muy importantes" para estudiar la evolución del pintor de la luz. Se trata de Cabeza de mujer, de 32 centímetros de altura, pintado hacia 1625 ó 1626, y que puede ser una copia de otro que se perdió en 1734. El segundo es Una mano del retrato del arzobispo Fernando Valdés, que representa la mano del arzobispo de Granada y presidente del Consejo de Castilla, entre 1633 y 1639, sosteniendo un papel con la firma del pintor, una de las escasas firmas autógrafas de Velázquez conservadas.

Más información
Desaparece un nuevo cuadro en el palacio Real

La ausencia de signos de violencia en las puertas de acceso a la sala donde se cometió el delito y el hecho de que el sistema electrónico de seguridad no registrase señal alguna, hizo sospechar a los responsables del Patrimonio Nacional que los cuadros desaparecidos podían permanecer en el interior del palacio. Las investigaciones se centraron en principio en los operarios que en régimen de contrata realizaron labores de conservación en el palacio durante el mes de agosto y en el personal de conservación y restauración. Pero ahora la policía investiga cerca de personas que tengan conocimiento sobre la comercialización de este tipo de obras de arte.

[Cuando se descubrió por primera vez el robo al que ahora se ha sumado un nuevo cuadro, Román Ledesma declaró, tras la sustracción de las pinturas, que "los conservadores del Palacio Real realizan visitas de control de las instalaciones cada dos días y es muy difícil para un extraño acceder a la zona donde se encontraban los cuadros, ya que se dispone de un sistema automático de detección de intrusismo que advierte la presencia de cualquier objeto o persona que penetre en la sala"].

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