Vendido en Holanda, por cinco millones, un riñón que ha sido trasplantado en Francia
La primera venta conocida de un órgano, efectuada por un ser vivo en Holanda, tuvo lugar la pasada semana, cuando una mujer sana ofreció un riñón por 80.000 florines (unos cinco millones de pesetas) a una oficina de transacciones. Este centro lo remitió a una clínica privada francesa, donde esperaba una niña argelina enferma. Tras la operación, los padres abonaron 80.000 dólares (unos 9,5 millones de pesetas) para cubrir los gastos médicos e intermediarios.
Gerardus Joseph Reiner Oude Groote Beverbog es el hombre que gestionó esta venta secreta. Él se ocupa de resolver asuntos similares desde el pasado 8 de junio de 1989, fecha en que inscribió su oficina en la Cámara de Comercio de Hengelo con el número 60/426 y sus propias iniciales GJROGB. Antes había insertado un anuncio en la Prensa holandesa ofreciendo sus servicios como gestor discreto en la búsqueda de riñones para trasplantes. Conocido y temido por las asociaciones de enfermos del riñón, éste parece haber sido su primer éxito y quizá por ello está ilocalizable y nadie contesta en su oficina ni domicilio particular.A pesar de que el tráfico de órganos es ilegal en Holanda, la falta de una normativa que regule las donaciones facilita prácticas como la suya. El vacío legal propicia además el olvido de los deseos de enfermos que sí quisieron ser donantes pero cuyos familiares evitaron la extracción tras su muerte.
El hecho ha motivo ya una polémica en Francia, país receptor del órgano, donde se han alzado varias voces solicitando la urgencia de una ley que regule este tipo de operaciones. El premio Nobel de medicina, Jean Dausset, ha manifestado que esta totalmente escandalizado y ha añadido "si hay un médico culpable desearía que fuera castigado con la exclusión profesional por vida, por orden del Consejo de Médicos".
En algunos hospitales holandeses la escasez de otros órganos como el corazón es tal que los médicos han recurrido a una drástica selección por edades y dominio del holandés para poder trasplantar. El criterio idiomático es explicado en estos casos dada la importancia de la comunicación entre el paciente y sus médicos durante el posoperatorio.
Las actividades de Reiner Oude molestan a los políticos, que llevan 20 años discutiendo un proyecto de ley, pero sobre todo entristecen a los miembros de la Fundación Holandesa de Enfermos del Riñón. La lista de espera que tienen es de 1.350 personas, y según Joost Alexander, su director, si bien el trabajo de GJROGB no está tipificado como fraude legal, tampoco ayuda a los pacientes. Los médicos no quieren aceptar órganos que llegan por vías extrañas, y los donantes prefieren apartarse de una presunta red de tráfico de riñones.
Fines lucrativos
"Por su culpa hay gente que ya no los cederá porque nunca sabrán si fueron desviados con fines lucrativos. Sin olvidar que el donante vivo precisa una medicación y atenciones especiales, y sólo tiene la satisfacción moral de saber que su riñón vive en otra persona cercana. Algo que este traficante puede destruir en poco tiempo", asegura Alexander. Sus últimos datos nacionales muestran un descenso gradual de las donaciones en los últimos tres años. "Ello por falta de información, pero si prospera el tráfico ilegal el miedo reducirá todavía más las cifras". En estos momentos, un total de 462 personas esperan también donaciones de corazones, hígados y páncreas en los Países Bajos.Para mejorar esta situación, el grupo Donantes en Acción (WD) propone un sistema menos cruento y más fiable que el de GJROGB: eliminar todas las trabas legales para el enfermo y su familia, de modo que una extracción no parezca una atroz mutilación post mortem. Para apoyar su tesis, WD pone el ejemplo de Bélgica, donde las cesiones han aumentado desde que todos los ciudadanos fueron declarados donantes potenciales en 1987. Ello si no habían expresado lo contrario en vida ante notario.
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