En la trinchera
EL PERIODISTA español Jorge Juan Sánchez, condenado a cinco años de prisión por un tribunal especial de Kabul (Afganistán), está sufriendo en sus propias carnes los peligros que implica el ejercicio del periodismo en países donde sus Gobiernos se obstinan en confundir el derecho a la libre información con el espionaje, la propaganda u otro tipo de actividad con fines políticos. En el caso de Afganistán, país que sufre desde hace años una cruenta guerra civil, la postura de las autoridades de Kabul de considerar sospechoso de subversión a todo periodista que ejerza su trabajo en el lado de la guerrilla islámica ha dado lugar a lamentables procesos a miembros de la Prensa internacional que, desde luego, no han favorecido el prestigio del régimen afgano.A estas situaciones, que nada tienen que ver con la justicia, sólo les cabe una solución política: el indulto. Es lo que con buen sentido ha hecho a la postre el Gobierno de Kabul con los varios, periodistas internacionales capturados y condenados por haber respetado la regla de oro del periodismo responsable: informar siempre de todos los puntos de vista en conflicto. Las autoridades españolas están obligadas a insistir, dentro de los criterios diplomáticos, en la pronta liberación del periodista español.
