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103 naciones acuerdan prohibir el comercio de marfil

Los 103 países presentes en la Convención sobre el Comercio de Especies Salvajes Amenazadas (Cites) aprobaron ayer en Lausana (Suiza) prohibir la comercialización de marfil en todo el mundo. Sin embargo, seis países africanos (Zimbabue, Burundi, Malaui, Botsuana, Mozambique y Suráfrica) pretenden continuar las ventas para dar salida a sus reservas. Hasta ahora sólo se exigía un control sobre el origen del marfil para frenar el expolio.

Los seis países africanos que desean continuar las ventas consideran que sacar a la venta el marfil almacenado no va en contra de esta regla para proteger a los elefantes. Cinco de estos países del África Austral cuentan con cerca de un 20% de las reservas de elefantes del continenete. Burundi, aunque no tiene elefantes en su territorio, dispone de un lucrativo comercio de marfil proveniente de los cazadores fúrtivos de su país vecino, Tanzania.Suráfrica tiene en su territorio alrededor de 8.200 elefantes y Zimbabue cuenta con el mayor rebaño de elefantes del continente aproximadamente 50.000 animales. Todos estos países aseguraron, no obstante, que ampliará las medidas en contra de los cazadores furtivos.

Rowan Martin, delegado y director del departamento de Wildlife de Zimbabue, dijo en la conferencia, celebrada en Lausana (Suiza), que a pesar de la prohibición los cazadores furtivos seguirán matando elefantes y almacenado el marfil aunque tengan mayores dificultades para ello.

Un gran día

A pesar de estos argumentos, Simon Lyster, de la Fundación Muncial para la Naturaleza (WWF) dijo que ayer "fue un gran día para los elefantes". Los conservacionistas y ecologistas estiman que el número de elefante muertos durante los 10 últimos años ha hecho que de los 625.000 millones existentes ahora solo queden 1,3 millones.

En Kenia la caza furtiva ha reducido la población de elefantes de 130.000 calculados en 1973 a los aproximadamente 17.000 actuales. Se estima que a la semana se cazan 1.500 elefantes para satisfacer la demanda de marfil.

Japón que compra el 40% de marfil que se comercializa en todo el mundo y que en una primera votación se abstuvo, ha aceptado la prohibición, lo que puede servir de ejemplo para los países reticentes. El país asiático utiliza el marfil no sólo para joyería y objetos ornamentales, sino también para confeccionar sellos que cierran la correspondencia tanto privada como oficial.

Algo que no ha resuelto la convención celebrada en Lausana es lo que va a pasar con las 670 toneladas de marfil que se encuentran almacenadas en Hong Kong y que los comerciantes quieren poner a la venta. Alegan para ello que el marfil almacenado proviene del tráfico legal. Esta ciudad es el mayor centro comercial de objetos de marfil del mundo. Un total de 3.000 trabajadores dependen de este mercado, que genera en esta colonia inglesa unos beneficios que ascienden a 1,3 billones de dólares.

Tras la prohibición acordada, a partir de ahora los países tienen 90 días para presentar sus recursos por vía diplomatica. Los 800 expertos que han estado reunidos en Lausana constituirán un grupo de especialistas encargado de estudiar la población de elefantes que existe en la actualidad y todas las cuestiones relacionadas con el marfil almacenado.

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