La guerra del aborto en Estados Unidos
Los grupos contrarios a la interrupción del embarazo pierden la primera batalla en Florida
Estados Unidos sigue siendo un país dividido por el tema del aborto, considerado como la cuestión más polémica desde la lucha por los derechos civiles en la década de los sesenta. La sentencia dictada por el Tribunal Supremo el pasado 3 de julio, que devolvía a los Estados de la Unión la posibilidad de restringir el derecho de las mujeres a interrumpir sus embarazos, fue el inicio de una guerra Estado por Estado entre las organizaciones abortistas y los grupos a favor de la vida. La primera batalla se ha librado en Florida, donde una comisión senatorial, reunida en Tallahassee, ha revocado todas las propuestas del gobernador, Bob Martínez, un convencido antiabortista republicano.
La lucha, sin embargo, continúa, mientras los sondeos de opinión siguen señalando un equilibrio de fuerzas: el 47% de los norteamericanos está a favor del aborto, y el 48% en contra. En Florida sigue haciendo calor, y esta semana los últimos coletazos del verano que se fue convirtieron el interior del edificio de la Legislatura del Estado, en un horno. Sin embargo, no fue el calor lo que más hizo sudar a los senadores, sino el tema que los mantuvo ocupados durante tres días: el aborto.Como se preveía, las deliberaciones y las votaciones de los legisladores tuvieron como música de fondo los cánticos, los gritos y las pancartas de los grupos que rivalizan en este tema, cuyos líderes se desplazaron hasta esa ciudad para dirigir los esfuerzos de los centenares de personas que salieron a la calle para expresar su opinión.
Tallahassee se llenó de manifestantes en favor y en contra de la interrupción del embarazo. No ajenos a esas escenas, los miembros del Comité Senatorial del Estado revisaba las propuestas del gobernador republicano, Bob Martínez.
El miércoles pasado el comité rechazó todas las propuestas del gobernador, que pretendía que los abortos estuvieran autorizados en el caso de las adolescentes, que estas prácticas se prohibieran en centros hospitalarios públicos y que cualquier aborto estuviera precedido por una prueba de viabilidad del feto después de la vigésima semana del embarazo.
Ayuda económica
El resultado de Florida significa el 1 a 0 a favor de los abortistas. El 2 a 0 se produjo ese mismo día en Washington cuando el Congreso votó a favor de facilitar mayores ayudas económicas a las mujeres que desean abortar después de haber sido violadas. El partido, pese a este 2 a 0 inicial a favor de los abortistas, acaba de comenzar.El test de Florida es el punto de partida de una lucha que alcanzará todos los puntos de este país. En algunos Estados las posiciones sobre el aborto se han convertido en el asunto crucial de las campañas electorales al puesto de Gobernador. En Virginia, por ejemplo, Douglas Wilder, un descendiente de esclavos y el primer gobernador negro de la historia de Estados Unidos si gana las elecciones, ha prometido a los votantes "el derecho a elegir", dejando desmarcado a su opositor republicano.
El Tribunal Supremo, en su sentencia del mes de julio, una de las más esperadas de la historia judicial de este país, decidió mantener vigente la resolución del caso Roe versus Wade, dictada en 1973, que sirvió para legalizar la interrupción del embarazo durante las 12 primeras semanas de gestación. Pero los nueve miembros del Supremo, entre los que se encuentra una mujer, la justice Sandra Day O´Connor, brindó a los Estados la posibilidad de crear barreras para frenar el aborto, una práctica que diariamente se repite en este país en 4.352 ocasiones.
Entre las barreras que el Supremo autorizaba como freno legal del aborto se encontraban las tres propuestas que el gobernador Martínez elevó a las Cámaras legislativas de su Estado y que no le fueron aceptadas por el comité senatorial.
Invierno caliente
El mapa del aborto hace prever un invierno caliente. A excepción de Alaska, California, Delaware, el distrito de Columbia, Hawai, lowa, Maine, Maryland, Nuevo México, Dakota del Norte, Oregón, Vermont y Washington, donde el aborto es legal, los demás Estados cuentan con numerosos partidarios a que esa práctica sea considerada ¡legal.Las batallas más duras se llevarán a cabo en Colorado, Connecticut, Georgia, Kansas, Massachussets, Michigan, Minnesota, Montana, New Hampshire, New Jersey, Nueva York, Ohio, Oklahoma, Rhode Island, Virginia y Wisconsin, donde las fuerzas de uno y otro bando están muy equilibradas no sólo en la calle, sino en las Cámaras legislativas del Estado, las denominadas State houses.
En Alabama, Arizona, Arkansas, las dos Carolinas, Dakota del Sur, Idaho, Illinois, Indiana, Kentucky, Luisiana, Mississippi, Missouri, Nebraska, Nevada, Pensilvania, Tennessee, Texas, Utah, Virginia Occidental y Wyoming, por citar unos pocos, el aborto se enfrenta a legislaturas opuestas a su práctica, y el futuro de los proabortistas es muy negro.
En Luisiana, por ejemplo, antes de la sentencia Roe versus Wade el aborto estaba prohibido incluso en los supuestos de violación, incesto o riesgo de la vida de la madre en el parto, y los abortistas podían ser condenados a 10 años de cárcel. Si los legisladores de ese Estado sureño lo desean, este regreso al pasado se puede considerar como un hecho. En Luisiana, un Estado mayoritariamente católico, sólo el 15% de sus habitantes está a favor del aborto, un porcentaje bajísimo si se compara con el 43% nacional.
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