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ECOLOGÍA

Método neozelandés para evitar el atraque de buques nucleares

"Se puede combatir y vencer al gigante" es el mensaje del joven David Nicky Hager, veterano activista del Movimiento por la Paz de Nueva Zelanda que recorre estos días diferentes puertos europeos para exportar el ejemplo de su país en la lucha contra el atraque de buques nucleares.

Tras 10 años de campaña, los neozelandeses consiguieron en 1985 que su Gobierno impidiera la presencia de barcos nucleares estadounidenses sin más consecuencias que amenazas de boicoteo económico nunca llevadas a cabo. "No pasa nada", asegura; "tenemos más poder del que nosotros creemos". Piensa que las potencias prefieren ceder para no deteriorar el resto de las relaciones militares y comerciales.

La estrategia de combate utilizada por los neozelandeses, un país de 3,5 millones de habitantes con larga tradición antibélica, fue crear la flotilla para la paz, integrada por pequeñas embarcaciones que bloquearon sistemáticamente el acceso de los buques al puerto.

Fue "una pequeña fuerza moral contra la inmensa fuerza inmoral" a la que se sumaron pacifistas, estudiantes, ciudadanos y movimientos religiosos. Nicky Hager ha visitado los puertos españoles de Alicante, Málaga y Cádiz para impulsar la campaña de desnuclearización de la mar organizada por Greenpeace.

Barcos soviéticos

Su finalidad es convencer de que la presencia de buques nucleares norteamericanos en los puertos es además de un peligro innecesario, ya que sólo efectúan operaciones de abastecimiento que se pueden realizar en alta mar, como ya lo vienen haciendo los barcos soviéticos en el Mediterráneo. España es, después de Italia y Filipinas, el lugar preferido por las fuerzas navales nucleares de Estados Unidos para abastecerse. Estas operaciones se incrementaron un 53% en Palma de Mallorca en los últimos seis meses. La legislación española, que teóricamente rechaza la presencia nuclear en los puertos, se compromete, sin embargo, con Estados Unidos a no solicitar información sobre el tipo de armas que transportan sus buques. "Es un truco", afirma Nicky. "A nosotros, la historia nos demostró que nada cambia en manos de los políticos".

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