La RDA amenaza a la opocición con una "solución china"

Las autoridades de Berlín Este están dispuestas a utilizar "soluciones chinas" contra los grupos opositores que intenten perturbar las celebraciones del 401 aniversario de la fundación de la República Democrática Alemana (RDA) este fin de semana, según indicaron ayer portavoces de estos grupos reformistas. La llegada, hoy por la mañana, del líder soviético, Mijail Gorbachov, a la dividida capital prusiana se produce en un angustioso contexto. Los Vo-Pos -policía de la RDA- cargaron ayer contra más de 10.000 manifestantes que esperaban en la estación de Dresde a los trenes de la libertad que traían a sus compatriotas desde Praga a la RFA.

Los manifestantes habían incen diado neumáticos en las vías del tren y lacarga de la policía fue de extrema dureza, utilizando mangueras de agua a presión y realizando numerosas detenciones.El régimen comunista de Erich Honecker se encuentra en una de las horas más diFiciles de su existencia, precisamente cuando lo que pretendía era mos trar al rnundo que ésta no podía ser discutida. El paso de visitan tes provenientes de Berlín Occidental fue ayer drásticamente re ducido. Este corresponsal pudo comprobar al cruzar la frontera por el Check Point Charlie, cómo a las más de 10 personas que es peraban en la cola delante suyo se les negaba la entrada sin nin guna explicación cuando, en circunstancias normales, si bien la policía convierte el trámite en una larga y engorrosa gestión, no hay problemas para cruzar. Las protestas por este hecho, que responde al temor generalizado a que se produzcan incidentes, no se han hecho esperar por parte de las fuerzas aliadas de ocupación.

'Tiananmen alemana'

Los nacientes grupos opositores denunciarona ayer, aprovechando la presencia de numerosos periodistas occidentales, las veladas amenazas que las autoridades les han hecho llegar en el sentido de que el Gobierno no dudaría en aplicar "soluciones chinas", en referencia a la matanza de la plaza de Tiananmen en Pekín, si se les ocurría perturbar los festejos. Este intimidatorio recuerdo ha sido utilizado elípticamente con frecuencia por los medios de comunicación oficiales en los últimos meses.

La actividad de estos grupos opositores, el más conocidos de los cuales es el Nuevo Foro, ha sido creciente en los últimos días, en especial la sonada manifestación que tuvo lugar en Leizpig el pasado día 2 y que fue tolerada por la policía hasta cierto punto, ya que tras llegar al final del recorrido y cuando se dispersaban los manifestantes, cargó contra grupos dispersos que volvían a sus casas y detuvo a un número indeterminado de personas.

Mañana sábado -como viene siendo habitual el día 7 de cada mes desde que el 7 de mayo pasado se celebraran una elecciones municipales cuya descarada manipulación se cita como el inicio del descontento de la población con el régimen- está prevista una manifestación en la Alexander Platz de Berlín, que el mes pasado fue reprimida con extrema dureza por la policía.

Incluso desde dentro del sistema se reproducen los ataques contra el inmovilismo del régimen encabezado por Erich Honecker, que algunos medios no han dudado en calificar de paleoestalinista. Un político adscrito a uno de los llamados "partidos del bloque", que tienen un número fijo de diputados en la Cámara del Pueblo, el doctor Gerlach, perteneciente al Partido Liberal Democrático, se permitió declarar que el régimen debería iniciar un diálogo para salir de la crisis. Esta tímida intervención le ha valido duros ataques de la prensa oficial que le acusa de ser agente del revanchismo.

Fuentes disidentes llegadas ayer a Berlín desde la ciudad de Dresde, por donde pasaron los trenes de la libertad, confirmaron las noticias de que en la estación se había producido una auténtica batalla campal entre manifestantes y fuerzas de la policía, que finalizó con numerosas detenciones.

Los manifestantes, que posiblemente pretendían subirse a los trenes, tal y como sucedió el fin de semana anterior, protestaban también por el cierre de la frontera con Checoslovaquia e incendiaron neumáticos en las vías. La policía actuó con una gran brutalidad y utilizó vehículos que disparaban agua a presión contra los manifestantes.

Al mismo tiempo, se anunció que los cerca de 600 refugiados encerrados en la Embajada de Bonn en Varsovia habían obtenido también el permiso para trasladarse a la RFA en tren.