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La Generalitat desoyó denuncias contra el geriátrico que acogía a enfermos mentales

El Ayuntamiento de Sant Joan Despí (Barcelona), gobernado por los socialistas, ha venido denunciando ante la Generalitat de Cataluña durante los últimos cinco años diversas irregularidades en el funcionamiento de la residencia geriátrica Santa Rita, donde el pasado lunes fueron descubiertos siete enfermos mentales ingresados ilegalmente y que convivían con 25 ancianos.Los vecinos de las inmedaciones de la residencia relataron ayer el trato inhumano y las deplorables condiciones de vida que han venido recibiendo los ancianos desde la puesta en marcha del geriátrico. Estas anomalías ya fueron denunciadas por una ex empleada en 1984. La Generalitat descubrió la presencia de disminuidos psíquicos en el centro en una inspección realizada el pasado mes de septiembre.

La residencia Santa Rita comenzó a funcionar de forma clandestina en enero de 1984. Una ex-empleada del geriátrico denunció que el menú que se cocinaba para seis personas consistía en un kilo de judías y dos de patatas con carne picada, además de un arroz triturado que se comercializa como alimento para perros. En los seis primeros meses de funcionamiento del centro fallecieron seis internos.

Al comprobar el estado de la residencia, el Ayuntamiento de Sant Joan Despí remitió a la Generalitat un informe sin que se adoptase ninguna medida, por lo que el consistorio inició en junio de 1.984 los trámites para clausurar la residencia. Sin embargo, el cierre no se materializó. El concejal Jesús Picó manifestó ayer que "la residencia no se cerro porque ante la pasividad de la Generalitat, el Ayuntamiento hubiera tenido que costear el internamiento de los ancianos en otros centros y ninguno de ellos era de Sant Joan Despí".

Una de las vecinas de la calle donde está situada la residencia aseguró ayer haber visto cómo Ios ancianos quieren saltar la valla gritando que quieren salir de ahí". "El invierno pasado un abuelo estuvo toda la mañana con los pantalones bajados y enseñando los genitales", explicó la misma persona, antes de recordar cómo vio a "una anciana atada a una silla y llorando".

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