La presencia siria, principal tema de debate entre los diputados libaneses
Garantía de seguridad para los musulmanes y causa de temor para los cristianos, la presencia siria en Líbano se ha revelado el principal punto de enfrentamiento entre los diputados reunidos en Talf para buscar una solución a 14 años de guerra civil. Arabia Saudí, el país anfitrión, que ha comprometido a su diplomacia en el intento, se esforzaba ayer por conseguir una flexibilización en la postura de los parlamentarios del sector cristiano, que exigen la programación inmediata de la retirada de los soldados de Damasco.
Esta iniciativa de Riad se encuentra en la base del optimismo mostrado por algunos observadores libaneses respecto al resultado de tan singular encuentro. La reunión del Parlamento libanés en Taif, fuera de su país, constituye un caso sin precedentes históricos. Su importancia, aun sin contar con poderes constitucionales, radica en haber desbloqueado la Cámara legislativa al congregar al mayor número de diputados desde hace un año. "El fracaso está prohibido", ha declarado con convicción el príncipe Saud al Faisal, ministro saudí de Asuntos Exteriores.
Faisal, que desde el pasado fin de semana viene manteniendo intensos contactos con los diputados del sector cristiano, ha ofrecido la "garantía moral" de su país para desbloquear el diálogo. Al parecer, el Gobierno de Damasco ha dado seguridades sobre su salida de Beirut, la capital Iibanesa en los seis meses siguientes a la elección de un nuevo presidente de la República por el Parlamento, y la formación de un Gobierno de unión nacional.
Exigencia cristiana
Los cristianos, que en principio no se oponen frontalmente a las reformas políticas, desean ligar éstas a la retirada de los 35.000 soldados sirios que actualmente se encuentran desplegados en dos tercios de Líbano. El documento de trabajo preparado como base de discusión por el triunvirato de la Liga Arabe (Arabla Saudí, Argelia y Marruecos), sólo mencionaba un "eventual redespliegue" de las tropas sirias al este del país, en un plazo de dos años a partir de la aprobación de las reformas. En vista de las posturas irreconciliables que les dividen en ese punto, los diputados optaron, por formar un comité de trabajo para estudiar la propuesta árabe. Sesenta y dos de los 73 parlamentarios (sobre una Asamblea inicial de 99) han respondido a la invitación de la Liga Árabe para acudir a Taif.El pesimismo sobre los logros que puedan alcanzarse procede de la propia composición de los negociadores. Elegidos hace 17 años y perpetuados en su cargo por los avatares de la guerra, los diputados libaneses representan el paisaje político previo al estallido de aquélla en 1975. Además, no se encuentra presentes ninguno de los señores de la guerra, los jefes de las diferentes milicias en lucha. Nabih Berri y Walid Jumblatt viajaron ayer a Teherán, y se han declarado contrarios a la reunión de Taif.
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