Más de tres millones de alumnos de enseñanzas medias y de universidad comienzan hoy el curso
Hoy comienza el curso 1989-1990 en el nivel de enseñanzs medias -bachillerato, curso de orientación universitaria (COU) y formación profesional-, cuya matrícula se eleva en todo el país a 2.318.821 alumnos, casi 100.000 más que el curso pasado. En el País Vasco y Cataluña, así como en algunas de las 28 provincias que componen el territorio escolar gestionado directamente por la Administración central, las clases comenzaron ya la pasada semana, y en Valencia lo harán el próximo día 4. También se inicia oficialmente el curso en las universidades -1.096.000 alumnos-, aunque en éstas el regreso a las aulas se producirá escalonadamente a lo largo de la primera quincena de octubre, e incluso más tarde en el caso de los primeros cursos.
El descenso sostenido en los índices de natalidad, perceptible desde hace ya más de cuatro años en la matrícula de preescolar y EGB, tardará aún varios años en reflejarse en la demanda estudiantil de enseñanzas medias y universitarias.Aparte de que a la enseñanza secundaria, todavía han de seguir llegando los niños que nacieron a partir de la mitad de la década de 1960, los índices de escolarización en este nivel siguen siendo relativamente bajos. Según estimaciones oficiales, en el curso que ahora comienza se encontrará escolarizado el 91,50% de la población,de 14 y 15 años, el 62% de la de 16 y 17 y el 26% de la comprendida entre 18 y 22 años.
El déficit de escolarización provoca, sobre todo en las grandes ciudades, el problema de los dobles turnos, rechazados por la inmensa mayoría del profesorado y de los propios alumnos, aunque también existe un número importante de jóvenes que prefieren asistir a clases por las tardes para poder compatibilizar sus estudios con algún trabajo eventual.
En Madrid, según fuentes de la Dirección Provincial de Educación, en los últimos cuatro años ha desendido de un 30% a un 10% el porcentaje de alumnos que estudian en institutos con régimen de doble turno. Dichas fuentes aseguran, sin concretar la cifra, que un elevado número de esos alumnos manifiestan su preferencia por el turno de tarde.
Por lo que a la Universidad respecta, también las grandes ciudades se ven desbordadas año tras año por una cieciente derrianda estudiantil que se concentra principalmente en los estuclios de Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales y determinadas carreras técnicas. Ello determina que cada año sea mayor el número de alumnos que se ven obligados a cursar estudios muy alejados de sus aspiraciones. En esta circunstancia pueden llegar a encontrarse este curso, según fuentes universitarias, alrededor de 4.000 estudiantes del distrito de Madrid.
Las enseñanzas que se ofrecen a última hora a estos jóvenes suelen ser, paradójicamente, algunas de las que registran mayores porcentajes de paro entre sus graduados. Es el caso de la mayor parte de las facultades de humanidades y ciencias sociales, donde la presencia de los rechazados en otros centros contribuye a perjudicar la formación de los estudiantes con una vocación más definida.
Demanda sostenida
Los cálculos más optimistas no prevén un descenso en la demanda de enseñanza universitaria hasta dentro de unos diez años. Entre tanto, tal y como revelan recientes encuestas de opinión realizadas por Demoscopia para EL PAÍs (ver información sobre la última de ellas en la página 30 de la edición del pasado 29 de septiembre), crecen sin cesar las aspiraciones de estudios universitarios de la población éspañola. El 74% de los padres con hijos en edad escolar tenía esa perspectiva el año pasado, y ese porcentaje se eleva al 81% en el sondeo realizado entre los días 9 y 15 de septiembre último.Tal vez esa aspiración universitaria de la inmensa mayoría de la población española explique el que se siga registrando un mayor crecimiento de la demanda estudiantil en el bachillerato, en perjuicio de la de formación profesional. Hace siete u ocho años, se observó un cambio en la tendencia, a favor de la formación profesional, que evidentemente no se ha mantenido. En el curso que ahora comienza, según las estimaciones oficiales de la matrícula, habrá 56.987 alumnos más en BUP y COU que el curso pasado, mientras que el incremento en la formación profesional será de 39.975 estudiantes.
La tradicional mala imagen de la formación profesional en España puede que tenga mucho que ver con esa tendencia de los jóvenes hacia los estudios universitarios, pero también la constatación de que, aunque los niveles de paro de los graduados superiores son también alarmantes, todavía sigue siendo más fácil encontrar empleo con un título universitario.
Una mala imagen -la de la formación profesional- que no parece responder a la percepción real que los empleadores tiene de los jóvenes egresados de este nivel del sistema educativo. Según manifestó recientemente en Palma de Mallorca el ministro de Eduación y Ciencia, Javier Solana, una encuesta realizada por el Ministerio de Trabajo entre los empresarios españoles revela que el 76% se muestra sastifecho con sus trabajadores procedentes de la formación profesional reglada.
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