El Parlamento da 'luz verde' al programa económico del Gobierno polaco
El Gobierno de Tadeusz Mazowiecki logró ayer, a pesar de muchas críticas incluso por parte de Solidaridad, que la Dieta aprobara, por amplia mayoría, el presupuesto provisional del Estado para el próximo mes de octubre. Este primer éxito parlamentario del nuevo Ejecutivo tiene, en realidad, un sabor amargo y sólo refleja la desesperación unánime del Gobierno y de la mayoría de los diputados ante la deplorable situación económica de Polonia en que las arcas del Estado están completamente vacías, los precios se disparan, el mercado está desorganizado, las empresas no pagan impuestos, mientras Occidente espera que los polacos emprendan unas reformas con vistas a reducir la inflación.
"Este debate es siniestro, como lo es nuestra situación económica", declaró ayer ante la Dieta uno de los parlamentarios. Fue una de las evaluaciones más suaves en el curso de un debate en que abundaron las palabras "drarna" y "catástrofe". El portavoz de la comisión parlamentaria de Finanzas calificó el plan de acciones inmediatas, propuestas por el Gobierno, y que traerán como consecuencia el aumento del déficit fiscal en un 50%, de "un intento desesperado de impedir aún mayor desestabilización de la econornía". El dinero sin cobertura que acaba de asignar el Parlamento al Gobierno se destinará, principalmente, a la Seguridad Social, al borde de la insolvencia, y a las subvenciones para gran parte de la industria pesada. Dicha medida, si bien hará dispararse aún más la inflación, "es necesaria para que este Gobierno pueda funcionar", declaraba ayer uno de los diputados de Solidaridad. La situación crítica de la economía polaca llevó a algunos parlamentarios a proponer ayer la creación de un fondo de salvación de la República al que los polacos pudieran transferir dinero, también divisas, y donar objetos de valor.
Catástrofe financiera
El viceprimer ministro y ministro de Finanzas, Leszek Balcerowicz se mostraba ayer consciente de las deficiencias de su proyecto, elaborado en apenas siete días, y destinado a evitar lo que consideró como "una catástrofe financiera del Estado". Balcerowicz prometió asimismo la presentación, en breve, de un programa coherente y global del saneamiento económico de Polonia, cuyas principales directrices pasarán por la reducción de la tasa inflacionaria, que ahora alcanza un 40% al mes, la privatización paulatina de la economía y una política económica liberal.La desorganización de la economía nacional, en la que las arcas no reciben impuestos de la industria, las empresas no pagan a sus cooperantes y el Estado no es capaz de desembolsar dinero para las subvenciones, provocada según insistieron varios diputados por la indolencia de los anteriores Gobiernos, es pareja al caos total en el mercado. Los precios de algunos productos alimenticios, liberalizados hace mes y medio por el Gobierno comunista, subieron 20 veces.
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