Hacia un único sistema de control aéreo
CARLOS MARTÍN PLASENCIAEl espectacular crecimiento del transporte aéreo en Europa durante los últimos años y las previsiones para los próximos están generando una lógica preocupación generalizada ante el peligro de colapso del espacio aéreo europeo. Además, Europa sufre las consecuencias de contar con 44 centros diferentes de control, con 22 sistemas operativos distintos y cuatro organizaciones responsables en materia de control aéreo. Para hacer frente a esta situación la CE aprobó en junio la creación de un centro único de gestión de las corrientes de afluencia del tráfico aéreo.
El transporte aéreo ha experimentado un espectacular crecimiento en los últimos años, que se ha dejado sentir tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Las previsiones de tráfico que existen para Europa señalan que en 1992 el número de viajeros que frecuentarán los aeropuertos de ese continente crecerá un 35%, y que en el año 2000 se habrá duplicado el volumen de tráfico aéreo que ahora se registra.Los aeropuertos españoles han sufrido también aumentos muy significativos en cuanto a los movimientos de aeronaves, y, con respecto a los pasajeros, su crecimiento se cifra en el 37% en los últimos cuatro años.
El índice medio de incremento de tráfico se sitúa en España hasta el año 2000 en un 6% anual, con lo que en el plazo de 11 años que nos separa del nuevo milenio se duplicará también en nuestro país el actual número de viajeros, que el pasado año fue de algo más de 68 millones.
Crecimiento económicoEsta expansión de este medio de transporte ha estado directamente relacionada con el despegue de la economía a nivel mundial, y en Europa en concreto está favorecida por factores clave, como son el abaratamiento del combustible, la favorable relación del cambio del dólar y la entrada en vigor de las primeras medidas liberalizadoras.
En un primer análisis del momento actual cabría destacar los resultados económicos obtenidos por las compañías aéreas europeas, ya que sus beneficios durante el pasado año arrojan resultados superiores a los de la media de transportistas de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA): un 16,6%,frente a un 12,2%.
En España, nuestra compañía de bandera obtuvo durante el pasado año un 17,9% más de beneficios que en 1987. Las compañías charters, por su parte, facturaron durante 1988 cerca de 60.000 millones de pesetas, cifra que esperan incrementar en el presente año.
Pero esta continuada evolución del sector está generando problemas de saturación en el espacio aéreo europeo que son objeto de intensa atención tanto por parte de los organismos comunitarios como de los específicamente aeronáuticos, que tratan de paliar con diversas decisiones el caos que colapsa -especialmente en los períodos vacacionales- el cielo y los aeropuertos continentales.
Europa padece actualmente los efectos negativos derivados de la existencia de 44 centros diferentes de control, con 22 sistemas operativos nacionales distintos, dotados de equipos frecuentemente incompatibles, lo que complica la fluidez del tráfico aéreo.
Por otra parte, son cuatro las organizaciones que intervienen en materia de control aéreo: la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), la Comisión Europea de Aviación Civil (CEAC), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol).
Propuesta española
Esta multiplicidad y complejidad de centros, sistemas y organismos han movido, desde 1987, a los Gobiernos europeos a colaborar intensamente en la resolución de los problemas del tráfico aéreo.
En el Consejo de Ministros de Transportes de la Comunidad Económica Europea celebrado el pasado 9 de junio del presente año, se aprobó, a propuesta española, una importante resolución, que fue la creación de un centro único de gestión de las corrientes de afluencia del tráfico aéreo. Esta medida fue ratificada al obtener conformidad de la Comisión Permanente de Eurocontrol (organismo encargado de la gestión del tráfico aéreo en Europa), en su reunión del 4 de julio en Bruselas.
El centro de gestión de las corrientes de tráfico aéreo de Eurocontrol (CEMU) servirá a los 23 Estados miembros de la CEAC y tendrá por misión distribuir el flujo de aeronaves utilizando una única base de datos y unos procedimientos que, de una parte, garanticen la equidad en la asignación de demoras, y, de otra, ajustar de forma óptima las limitaciones de capacidad del sistema de control de tránsito aéreo Para su realización se prevé una inversión de 60 millones de ECU se aplicará en tres fases y concluirá en 1993. En ese año, e CEMU podrá asumir la gestión centralizada de flujos de tráfico aéreo europeo, reemplazando as a los organismos nacionales actualmente existentes.
Sin ninguna duda, éste es un paso muy importante para racionalizar el tráfico aéreo en Europa, pero es necesario seguir avanzando en la construcción de una Europa sin barreras en e aire y conseguir una estructura más armónica y capaz para el control aéreo. Por ello, los Estados tienen que continuar negociando sobre los plazos en los que ha de establecerse, como objetivo común europeo, un único sistema de control de tráfico aéreo.
Cuellos de botella
Este sistema único de control permitirá disponer de un soporte técnico adecuado para manejar más aeronaves sin cuellos de botella en el espacio aéreo europeo, procedimientos de control más eficientes y comunes en los distintos países y unas relaciones laborales uniformes que impidan crisis crónicas en el sector.
La decisión política debe tomarse con celeridad para poder afrontar, en un futuro ya muy cercano, el desarrollo del transporte aéreo y de toda la industria que se genera en su entorno.
es director general de Aviación Civil.
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