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Fanáticos antiabortistas asaltan un hospital de Roma

Juan Arias

Un comando de fanáticos de la secta antiabortista norteamericana Rescue Outreach, nacida en Washington en 1970 y de la que en mayo pasado fueron detenidos 1.700 miembros durante una manifestación en Nueva York, desembarcó el viernes en Roma, organizando una batalla campal en el hospital público de San Camilo, donde se realiza el aborto gratis y de forma legal.Un grupo de unas 40 personas, capitaneadas por dos seminaristas jesuitas sin sotana, entró en el hospital de la capital, donde unas 20 mujeres esperaban para llevar a cabo la interrupción del embarazo, creando pánico, confusión y sorpresa.

Según algunos médicos y enfermeras, los manifestantes parecían como "exaltados o drogados". Se sentaron por el suelo, delante de las mujeres que esperaban para abortar, sacaron de unas bolsas fetos de plástico y fotos espeluznantes y se las colocaron ante los ojos mientras les cantaban himnos "contra las madres que asesinan a sus hijos". Muchas de las mujeres hospitalizadas, asustadas, trataron de huir saltando por las ventanas del primer piso. Mientras tanto, una parte del comando ocupó la sala de operaciones, manchando de sangre las paredes y pintando expresiones antiabortistas.

Himnos religiosos

La policía tuvo serias dificultades para desalojar a los miembros del comando, que cantaban himnos religiosos contra el aborto y agitaban en el aire, mezclados, crucifijos y fetos artificiales.Una de las mujeres asaltantes del hospital, que se mostró la más activa, una parisiense madre de cinco hijos, dijo a los periodistas que nadie les había obligado a venir. "Lo hacemos porque amamos a Dios y a la vida", explicó. Y uno de los jesuitas que capitaneaban la cruzada, un norteamericano, afirmó que ellos organizan con frecuencia en Roma "vigilias de oración por los fetos y por las madres asesinas".

El pequeño ejército antiabortista estaba compuesto por miembros de la secta de varias partes de Europa (Francia, República Federal de Alemania y España), Estados Unidos y Canadá, y han asegurado que seguirán golpeando la ciudad santa".

Hasta el Movimiento por la Vida, claramente antiabortista, ha condenado la acción semiviolenta e intimidatoria de los miembros de la Rescue Outreach, mientras que el ministro de Sanidad, el liberal Francesco di Lorenzo, se ha solidarizado con todo el personal del hospital San Camilo, objeto de la agresión a sus pacientes, y ha alabado el comportamiento de médicos y enfermeras, que consiguieron controlar la situación y que no se amedrentaron y aquella misma mañana continuaron haciendo su deber, es decir, realizando los abortos legales.

Medios políticos y sanitarios han mostrado su preocupación "porque Roma ha sido por primera vez escenario de este tipo de furia antiabortista, y se teme que detrás se encuentre el movimiento integrista Comunión y Liberación.

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