El 78% de los españoles desea una campaña breve
El paro, el empleo y la sanidad pública son los temas electorales que más interés despiertan entre los ciudadanos
La campaña electoral previa a las elecciones generales legislativas del próximo 29 de octubre tendrá una duración, por primera vez en la España democrática, de sólo 18 días. La reacción de la ciudadanía ante este acortamiento es claramente positiva: el 40% opina que la nueva duración fijada es suficiente, y un porcentaje casi idéntico (38%) opina incluso que la campaña debería ser más corta. Tan sólo un 6% considera en que debería ser más larga.Sin duda esta aceptación clara del acortamiento de la campaña guarda relación con la escasa credibilidad que lo que suele decirse en el transcurso de la misma parece merecer a la inmensa mayoría de los ciudadanos. Tres de cada cuatro españoles consideran, en efecto, que los políticos suelen cumplir poco o nada de lo que prometen en las campanas, y sólo el 5% opina que suelen cumplir mucho o bastante. Los votantes socialistas son los que menos críticos se muestran a este respecto y, aun así, ni más ni menos que el 63% de ellos estima que los políticos cumplen poco o nada de lo prometido. Por otro lado, la mayoría absoluta de los españoles dice que les disgustan o molestan los insultos y descalificaciones personales que a veces se hacen en las campañas electorales. Ese desagrado es más intenso entre los votantes de APPP y del PSOE, y más reducido entre los de IU.
La vida de los candidatos
Sólo el 8% de los ciudadanos dice tener mucho o bastante interés por estar informados sobre la vida privada de los candidatos, y asimismo sólo el 8% dice tener mucho o bastante en cuenta los asuntos referidos a la vida privada de los políticos a la hora de votar. La ciudadanía española parece así tener muy clara la línea divisoria entre la faceta pública y la privada de sus representantes políticos.
Como consecuencia, sin duda, del actual sistema electoral vigente en nuestro país, por un lado, y de la forma en que en general son elaboradas las listas electorales, por otro, la importancia de los concretos candidatos locales queda eclipsada por la de los líderes nacionales a la hora de captar el voto de los ciudadanos: al menos así cabe interpretar el hecho de que el 54% de los entrevistados manifiesten que a la hora de votar tienen más en cuenta a los líderes nacionales de los partidos (entre los votantes del CDS, ese porcentaje sube hasta el 73%), y que sólo el 40% indique, en cambio, que tiene más en cuenta a los candidatos que figuran en las listas provinciales concretas. Sin duda por ello sólo un 30% de la ciudadanía estima al mismo tiempo que los diputados representan mucho o bastante los intereses de la provincia en la que son elegidos.
El paro y el empleo, y la sanidad pública son los temas que un mayor número de ciudadanos (el 73% y el 70% respectivamente) dicen tener mucho interés en oír debatir a los políticos en'1a inminente campaña electoral. La droga, la educación, la seguridad ciudadana, ETA, la vivienda y los impuestos figuran a continuación, mencionados por porcentajes progresivamente decrecientes que van del 64% al 49%. Los servicios de transportes y teléfono, y el consumo y el gasto despiertan mucho interés en un 41% y 35%, respectivamente, de los entrevistados. Los asuntos referidos al servicio militar y a España en el 92 depiertan en cambio mucho interés en sólo uno de cada cuatro españoles. Finalmente, la reforma de los estatutos de autonomía vasco y catalán resulta un asunto de mucho interés únicamente para el 14% del electorado (porcentaje que sube al 18% en el País Vasco y al 25% en Cataluña). En conjunto, hay una básica coincidencia en los distintos electorados en la evaluación de estos asuntos, con algunas pequeñas diferencias. Así, por ejemplo, la
El 78% de los españoles desea una campaña breve
cuestión de la vivienda interesa algo menos a los votantes de AP-PP, y la del consumo y el gasto, a, los de IU; en cambio, el servicio militar interesa algo más que el resto a los votantes del CDS.Este asunto del servicio militar, por otra parte, despierta un claro mayor interés entre los menores de 25 años que entre el resto: el 42% de los entrevistados de 18 a 21 años, y el 40% de los de 22 a 25 años dice tener mucho interés en oír hablar de esa cuestión durante la campaña electoral.
Entre los mayores de 25 años, sólo da esa respuesta el 23% -el: decir, dos veces menos gente- Con todo, lo cierto es que son más los jóvenes para quienes el asunto no tiene mucho interés que aquéllos para quienes sí lo tiene.
Como ante la situación económica, también ante la situación política el estado de opinión retoma el pulso de la pasada primavera, a pesar de encontrarnos en el umbral de unas elecciones legislativas, que no parecen excitar demasiado entusiasmo entre la ciudadanía. Un 18% considera que la situación política es buena frente a un 22% que piensa que es mala. Para la mitad merece el calificativo más negativo que otra cosa de "regular".
La evaluación de los principales líderes políticos empeora un poco para los de izquierda y los nacionalistas, y se mantiene para Fraga y Suárez donde estaba después de las elecciones europeas. El nuevo candidato del PP, José María Aznar, obtiene entre quienes lo evalúan la misma puntuación que Fraga (4.0 en escala de 0-10); si bien lo evalúa sólo el 51% de la ciudadanía, frente al 70% que emite opinión sobre Fraga.
El PSOE repite mayoría
Finalmente, el indicador de apoyo político según intención de voto refleja muy de cerca el resultado de las elecciones europeas, en cuanto a los principales partidos se refiere, excepto para el PP, cuyos apoyos aparecen sustancialmente mermados.
No obstante, se sabe que el llamado voto oculto opera más en favor de este partido que de otros, aunque tal fenómeno fue menos claro en las pasadas elecciones europeas, en las que el voto real del PP se aproximó más que en otras ocasiones a la intención manifestada directamente en las encuestas.
Con las eleccimies legislativas a la vista, y según los datos de este sondeo-barómetro, la hipótesis más plausible es que se reproduzca básicamente la distribución del voto de las pasadas europeas. En los términos de dicha hipótesís, el PSOE mantendría una mayoría, absoluta similar a la que hoy tiene; siempre teniendo en cuenta que la muestra de este sondeo no permite un cálculo Fiable de distribución de escaflos y que un buen número de éstos se decide por muy pocos votos, sobre todo en las circunscripciones más pequeñas.
La hipótesis de la mayoría absoluta procede más de un estado general de opinión que de un modelo prospectivo de análisis preelectoral.
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