Baker y Shevardnadze discuten la 'cumbre' Bush-Gorbachov

Los máximos responsables de las diplomacias soviética y norteamericana, Edvard Shevardnadze y James Baker, respectivamente, iniciaron ayer un fin de semana de conversaciones relajadas en el corazón del Oeste americano, en las que se espera que ambos líderes fijen la fecha de la primera cumbre entre los presidentes George Bush y Mijail Gorbachov y concreten nuevos acuerdos sobre desarme.

Shevardnadze y Baker llegaron a Jackson Hole, en el Estado de Wyoming, en pleno cow boy country (país de vaqueros), en un avión de la fuerza aérea norteamericana, poco después de mantener en la Casa Blanca una entrevista de dos horas con Bush, en la que el ministro soviético entregó al presidente estadounidense una larga carta de Gorbachov. La misiva, según fuentes de la Administración, contiene nuevas concesiones en el tema del desarme.En la entrevista, calificada por Shevardnadze de "franca y cordial", las dos partes se mostraron de acuerdo en la necesidad de que los dos jefes de Estado se entrevisten en un futuro todavía no determinado, aunque podría ser en la primera mitad de 1990. Tanto Shevardnadze como Baker manifestaron que "el marco de tiempo" para la cumbre sería probablemente establecido durante el fin de semana. Incluso Baker adelantó que, cuando se celebrase la entrevista, EE UU actuaría de país anfitrión. "Creo que es nuestro turno", dijo.

Los jefes de las dos diplomacias centrarán sus discusiones en una agenda de cinco puntos: relaciones bilaterales; asuntos transnacionales, como la droga, el medio ambiente y el terrorismo; situación internacional; desarme y economía. En la entrevista de la Casa Blanca, según manifestó Baker, Bush expresó su preocupación por el incremento del envío de material bélico de la Europa del Este a Nicaragua a través de Cuba. Shevardnadze contestó que lo que ocurría con Cuba estaba fuera del control soviético, algo, dijo Baker, que "nos resulta difícil (de creer)".

Mensaje y réplica

Funcionarios norteamericanos estudiaron el jueves los términos de la misiva de Gorbachov, contestación de una carta previa de Bush. La carta cubre todo el amplio abanico del desarme, desde las armas estratégicas de largo alcance a las químicas, pasando por el controvertido tema de las pruebas en el espacio y la producción de material fusionable como el plutonio, empleado en la fabricación de ingenios nucleares.Según revelaba ayer The Washington Post, entre las propuestas de Gorbachov se encuentra una encaminada a limitar el número de tipos de misiles de crucero con cabezas nucleares lanzados desde submarinos. Hasta ahora, la URSS había insistido en que una eventual limitación debía abarcar a todo tipo de misiles de lanzamiento submarino, incluidos los convencionales, una pretensión firmemente rechazada por el Pentágono, que considera a estos últimos como vitales para la seguridad del territorio metropolitano de EE UU.

Según fuentes de los dos países citadas por el periódico, Gorbachov se muestra dispuesto a la eliminación sin contrapartidas de las controvertidas instalaciones de radar de Krasnoyarsk. Washington siempre ha mantenido que constituyen una parte importante de una Iniciativa de Defensa Estratégica" (SDI).