El sindicato comunista polaco anuncia su oposición al plan económico de Mazowiecki

"No permaneceremos indiferentes ante el desempleo, la baja del nivel de vida, el descenso de producción y la privatización del patrimonio nacional", manifiestan en una declaración oficial los líderes del sindicato comunista (OPZZ) al comentar el programa económico del nuevo Gobierno. Además de hacer gala de un populismo dirigido contra la política económica liberal del equipo de Mazowiecki, el OPZZ empezó también la ofensiva contra el jefe del partido comunista (POUP) Mieczyslaw Rakowski.

El sindicato comunista se muestra partidario de llevar a Rakowski ante el Tribunal del Estado, por su gestión económica como primer ministro, cargo que ocupó hasta finales del pasado mes de julio.El líder de OPZZ, Alfred Miodowicz, declinó contestar en qué medidas concretas se va a traducir la reacción del sindicato ante los mencionadas consecuencias negativas, que por cierto, son inseparables de las medidas liberales de saneamiento económico que propone Mazowiecki.

Miodowicz sólo aclaró que no pensaba proponer una moratoria de la huelga, ya que la consideraba una medida ineficaz. Preguntado por EL PAÍS si no creía que las reivindicaciones salariales que acaba de plantear OPZZ calientan la situación política, Miodowicz contestó que sólo se reclamaba lo que a los obreros garantizan las leyes.

El sindicato OPZZ, creado en 1983 bajo la protección de la ley marcial después de la ilegalización de Solidaridad, cuenta actualmente, según sus líderes, con 6.600.000 miembros, un 60% de los asalariados del sector público. De éstos, 1.500.000 son miembros del partido comunista. El número de afiliados que supuestamente tiene OPZZ no se reflejó, en absoluto, en el resultado obtenido por este sindicato, que sólo consiguió colocar en el Parlamento a 11 diputados, a los que votaron unas 70.000 personas en todo el país.

Desde el comienzo de las negociaciones entre las autoridades estatales y la entonces oposición, OPZZ intentó torpedear el diálogo hasta el punto de provocar una serie de huelgas en febrero pasado, justo cuando empezaban las conversaciones de la mesa redonda. Las concesiones políticas de la dirección del POUP frente a las fuerzas democrátícas hicieron que OPZZ adoptara la posición de haber sido traicionado y se presentase como el auténtico defensor de la clase obrera, sobre todo, ahora cuando Solidaridad apoya a Mazowiecki y modera sus reivindicaciones y el nuevo ministro de Trabajo, Jacek Kuron, es un asesor de ese sindicato.

OPZZ pretende transformarse en una organización que represente a algunos sectores de la clase obrera de la industria estatal, condenados a desaparecer en caso de la implantación de la reforma de Mazowiecki. Miodowicz confirmó que la cúpula de su sindicato deseaba que Rakowski compareciera ante el Tribunal del Estado por la política económica de su Gabinete. En víspera de la reunión plenaria del comité central del POUP, cuya primera parte se celebrará el próximo lunes, Rakowski pasó a la contraofensiva.

El jefe del POUP, quien antes de su elección como primer secretario coqueteaba con los duros de su partido, decidió volver a sonreir a los liberales. En una alocución televisiva, Rakowski se mostró partidario del surgimiento de un partido moderno en la izquierda polaca.