Los 'niños perdidos de Honecker' siguen llegando a Hungría

Desde que Hungría dio luz verde en la medianoche del domingo para el éxodo masivo de los niños perdidos de Honecker, otros 4.966 alemanes orientales han llegado legalmente al país magiar desde Checoslovaquia, don7 de pasaban sus vacaciones. La información fue entregada por la policía húngara al desmentir la cifra de 16.000 alemanes del Este entregada la víspera por Radio Budapest. Fuentes oficiales en la capital húngara dijeron que aún no se sabe qué cantidad de aquéllos quieren seguir viaje a la RFA.Se presume que el promedio del 10% del total de veraneantes alemanes orientales que se encontraban en Hungría y salieron a Occidente se mantendrá también con estos recién llegados. En las últimas horas, de los 80.000 alemanes del Este que pasaban sus vacaciones en Hungría, 45.000 han regresado a casa, según la policía fronteriza magiar, que también afirmó que, en lo que va de semana, han pasado ilegalmente la frontera de Checoslovaquia con Hungría una media de 10 personas por día. Los campos de refugiados en Budapest, Zugliget y Csilleberc, se encontraban prácticamente vacíos en la mañana de ayer. Por la tarde, según funcionarios de la Orden de Malta, se habían registrado 210 nuevos refugiados. El campo instalado en Zanka, cerca del lago Balaton, cerró después que el lunes salieran desde allí en autobuses alrededor de 2.000 personas en dirección a la RFA.

El Ministerio del Interior austríaco informó que, en las primeras 40 horas del éxodo masivo, habían pasado la frontera desde Hungría hacia Austria 10.500 alemanes orientales en vehículos propios, autobuses y otros haciendo auto-stop.

En una guerra verbal sin precedentes y mientras el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Gyula Horn, declaraba que la frontera se mantendrá abierta "más de 24 horas", la radio en Checoslovaquia condenó al Gobierno de Budapest de haber violado el acuerdo bilateral con la RDA en el que se comprometieron hace 20 años a no dejar salir a ciudadanos de ambos Estados a terceros países sin permiso oficial. El comentario radiado terminó con un pronóstico: "Ahora sólo falta que [Hungría] rompa el acuerdo del Pacto de Varsovia", refiriéndose también al reciente conflicto húngaro-checoslovaco por la construcción de la central hidro-eléctrica de Nagymaros, sobre el Danubio, proyecto del que Hungría se retiró por la presión de grupos ecologistas locales.

Protesta contra la RDA

El Gobierno de Budapest reaccionó enérgicamente a las críticas de la RDA, que acusó a los magiares de "comerciar con seres humanos". El ministro de Exteriores, Horn, declaró que estas afirmaciones eran "una ofensa para todo el pueblo húngaro y para el Gobierno".

A pesar de la legalización del éxodo de los alemanes del Este, se han registrado en las dos últimas noches casos aislados de alemanes orientales que pasaron ilegalmente la frontera verde hacia Austria. Ellos son los refugiados de lujo. Los otros, los rumanos y checoslovacos -que cada vez en un número mayor aprovechan el desmantelamiento del telón de acero para escapar a Occidente- no tienen, como los niños perdidos de Honecker, un pasaporte esperándoles y un país que les acoja.

A pesar de que Budapest ha expresado en reiteradas ocasiones que no es su deseo convertir al país en un campamento de refugiados, hasta ahora no ha podido controlar y evitar el flujo y la fuga de sus hermanos socialistas. La decisión húngara de abrir las fronteras, al menos transitoriamente, ha roto el ya débil equilibrio entre los países del Pacto de Varsovia. Y los refugiados de segunda amenazan con convertirse en otro gran conflicto del Este a corto plazo. Los fugados se encuentran en distintos campos de refugiados austríacos, en espera del reconocimiento de su condición de asilados.

El papel de Austria en este éxodo masivo ha comenzado a ser tema de discusión de la política nacional. Se critica al Gobierno en Viena porque el buen recibimiento a los alemanes del Este se debe a la certeza que tiene el Ministerio del Interior de que ellos sólo están de paso por el país; en cambio, a otros refugiados del bloque socialista se les hace difícil contar con el apoyo y el asilo de la república alpina. El año pasado Austria aceptaba el 25% de las peticiones de asilo; este año, sólo un 5%.