Meditaciones
Carmen Bravo-Villasante, una de las pocas personas españolas asistentes a la Conferencia Internacional de Investigadores de Literatura Infantil, junto con Aurora Díaz Plaja, Antonio Basanta, Juan de Isasa y Arturo González, fue hace 20 años la promotora de esta asociación. "Entonces pensábamos que no pasaríamos de cinco", comenta. Hoy son ya más de 300, aunque sus encuentros bienales y sus intercambios de trabajo deben ser autofinanciados, salvo las excepciones que marcan algunas universidades extranjeras.Para Bravo-Villasante es fundamental la labor que realizan, ya que desde esta reflexión y meditación ensayística sobre la literatura infantil piensa que surge el auténtico análisis crítico, que sirve para que este campo literario se rija por unos criterios que impidan que el libro para el niño se convierta en un producto menor.
La escritora madrileña, premio nacional de Literatura a la labor de investigación de literatura infantil y autora de diversas historias y antologías en este campo, opina que la colaboración entre editores, autores, investigadores, libreros, ilustradores, bibliotecarios y enseñantes se ha iniciado ya y está siendo altamente positiva. "Entre todos", concluye, "podemos conseguir que, en el gran océano de la literatura infantil, lo bueno flote y lo malo se hunda".