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LA ANTICIPACIÓN DE LAS LEGISLATIVAS

El Gobierno confía en "enfriar" la economía sin tener que recurrir a medidas traumáticas

El equipo económico del Gobierno está cargando baterías para, desde mediados de mes, lanzar un mensaje diferente que acabará de abrir la campaña desde el ámbito económico. El Gobierno confía enque la situación de la economía dejará de ser preocupante y que el crecimiento del gasto ya estará cerca de la reconducción que pretendían lograr las medidas de ajuste tomadas en julio. Así, poco a poco se alejarían los temores a ese recalentamiento, que está poniendo en peligro la senda de crecimiento equilibrado que se considera óptima, según la cuantificación que realizó Felipe González.

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Esta senda de crecimiento permitiría duplicar, al filo del próximo siglo, el producto interior bruto que tenía nuestro país en 1985.Tras el pistoletazo de salida del último Consejo de Ministros, los comentarios sobre la marcha de la economía volverán a ser optimistas, al menos durante los próximos dos meses y desde la óptica del partido en el Gobierno. El mensaje de González intentó restar validez a la hipótesis de que, con las elecciones, el PSOE pretende el respaldo suficiente para realizar una política de ajuste. Frases como "lo de la política de ajuste no es un término que me suene para ahora" o "es radicalmente falso que vayamos a recortar las rentas salariales", orientan la línea del nuevo discurso económico.Voluntad de cambio

La voluntad de cambio, aquí, sí ha quedado patente. Ahora sólo hace falta que los datos acompañen. Es necesario, en primer lugar, que la inflación disminuya lo más posible y haga factible el objetivo del Gobierno de terminar el año por debajo del 5,87. del año pasado. Hace falta que los datos de empleo, aunque sean los que: ofrecen las estadísticas de pare, registrado, sigan mejorando. Y ya dentro del ámbito monetario, las medidas de julio demostrarán su efectividad si disminuye el crecimiento del crédito a familias y empresas, así como la cantidad de dinero en circulación. Esto último, además, resultará más fácil de explicar tras el maquillaje para contabilizar los activos líquidos en manos del público (ALP) que ha llevado a cabo el Banco de España esta semana.

El último escalón vendrá de los datos del sector exterior. El crecimiento de las reservas de divisas se publicará en los primeros días de este mes y, antes del 15, también se conocerá la marcha del sector exterior con los datos de déficit comercial que facilita la Dirección General de Aduanas.La marcha de la mayor parte de estos indicadores -que se conocerán en la primera quincena- determinará el signo del discurso económico de la campaña. Pueden o no ratificar la afirmación de González al reiterar que las medidas que hacía falta tomar ya se tomaron en julio, y dejarán claro si hacen falta o no dar otra vuelta de tuerca. Veríamos entonces si hay que esperar o no a después de las elecciones.

Con o sin nuevas medidas, desde el Gobierno defienden que con ellas sólo se intenta reconducir el gasto a la capacidad de crecimiento de la economía. Una reconducción en la que el sector público también colaborará, aunque no se ha adelantado cómo. Ésa es una labor de Hacienda y, según el candidado del partido socialista a La Moncloa, no se van a interrumpir los trabajos de elaboración de los Presupuestos, con el objetivo de que sea más rápida su aprobación tras unas elecciones, que, con tal afirmación, se presuponen ganadas.

La acomodación del gasto al crecimiento económico ya estaba prevista en los primeros borradores de los Presupuestos, antes de que su análisis quedara en un segundo plano por los rumores a un adelanto de laselecciones generales. El objetivo, con aquellos borradores, era reducir el déficit público en más de un 155,1.. Como método, decían, sólo había que dejar crec'er los ingresos tributarios a su ritmo vegetativo, lo que llevaría a un aumento de ingresos no financieros del Estado de casi un 12% El crecimiento de los gastos, mientras, quedaba por debajo del 9%.

Esta primera hipótesis de elaboración de los Presupuestos reducía el déficit público a un 2% del producto interior bruto (PIB), cuando este año se espera acabar con un déficit del 2,6%. Esa primera previsión de déficit se presenta acompañada de una previsión de crecimiento económico del 4% para el próximo año, frente al 4,5% con el que se espera terminar este ejercicio.

Para reducir el déficit este ejercicio se cuenta con el efecto de la prorroga de los presupuestos. Durante los primeros meses del año, hasta que haya nuevos presupuestos, el máximo gasto de cada ministerio será sólo de la doceava parte del importe de 1988.

En esta partición no entran las partidas diseñadas de forma específica para el ejercicio que acaba en diciembre. Este efecto restrictivo será aplicable solamente por unos meses y, probablemente, sus consecuencias finales se limiten al aplazamiento del pago de derterminados gastos. Para el resto, como siempre, habrá que elegir una de las hojas de la tijera.

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