Colombia entregará a EE UU al mafioso Martínez
Eduardo Martínez Romero, acusado de ser el tesorero del cartel de Medellin, será el primero en ser entregado a Estados Unidos dentro de la guerra que el Gobierno ha declarado a la mafia del tráfico de drogas. Martínez figura en la lista de los hombres reclamados por la justicia norteamericana, que le acusa de blanquear el dinero procedente del ilegal negocio. Martínez, según la DEA (departamento de lucha contra la droga de EE UU), actuaba como intermediario con varios grupos dedicados a operaciones de blanqueo. El pasado abril huyó del cerco tendido por los norteamericanos en Panamá.
Estados Unidos anunció ayer que estaba tramitando con el Gobierno de Colombia la extradición de Martínez Romero, quien está procesado por un juzgado de Atlanta, en el Estado de Georgia, informa Carlos Mendo desde Washington. Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado, manifestó que se estaba negociando con Bogotá la forma de trasladar a Martínez Romero, a quien acusó de estar implicado en el blanqueo de fondos procedentes del narcotráfico, a Estados Unidos para ser juzgado.En la actualidad, 15 narcotraficantes colombianos se encuentran cumpliendo condenas en prisiones norteamericanas. De ellos el más notorio es Carlos Lehder, uno de los máximos capos del cartel, que cumple condena perpetua sin derecho a remisión de pena en la penitenciaria de Marion, Illinois, después de haber sido juzgado y condenado en Florida en 1987.
Ayer continuaron en todo el territorio colombiano las acciones contra los zares de la droga. La lista de sospechosos detenidos ya supera los 15.000. Se afirma que en la ciudad de Medellín han sido detenidos dos de los extraditables.
Hasta el momento, los principales éxitos de esta guerra se han dado en el campo económico. Colombia, un país en el cual el 40% de su población vive en condiciones de pobreza absoluta, no sale de su asombro al ver la fastuosidad de las propiedades de los capos mafiosos: mármoles, grifería de oro, piscinas climatizadas, zoológicos, porcelanas chinas, velódromos privados, casas con 15 o más habitaciones, cada una con su propia sauna y baño turco, paredes forradas con seda italiana, colchones de pluma de avestruz...
Las más sorprendentes han resultado las propiedades de Gonzalo Rodríguez Gacha, el Mexicano, considerado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo. Las autoridades tomaron entre domingo y lunes sus bastiones en Pacho, población ubicada a sólo hora y media de Bogotá, y en la capital. En una de sus propiedades, el Mexicano tenía un auténtico bunker como vivienda, con paredes circulares de acero y cristales blindados. La cama del mafioso es de plata; los adornos de las sillas de montar de los más finos caballos también son de plata.
"¿Qué vamos a hacer?", es la pregunta que se hacen, los habitantes de Pacho. Para nadie es un secreto que muchos de ellos trabajaban para el patrón. Hoy el Ejército controla la entrada y salida de esta población, hasta hace tres días dominada por el Mexicano y sus guardaespaldas.
En Bogotá, las autoridades ocuparon una mansión de este mismo narcotraficante valorada en tres millones de dólares (unos 360 millones de pesetas) y dos quintas ubicadas a las afueras de la ciudad. En todas partes, hasta en el césped, aparecen las iniciales del capo.
Contra la ayuda militar
Varios de los precandidatos liberales a la presidencia pidieron ayer la realización de un referéndum para consultar al país sobre sus más graves problemas. Se debe incluir, según opinión de algunos políticos, una pregunta para que los colombianos otorguen un sí o un no a las extradiciones. Éste es un viejo debate. Muchos creen que la extradición daña la integridad nacional. Un abanderado de esta opinión es el premio Nobel Gabriel García Márquez. En declaraciones al periódico El Mundo, de la ciudad de Medellín, dijo hace pocos días: "La aplicación del tratado de extradición es un problema de principios... Yo. tengo claro que Colombia no puede renunciar a su soberanía ni entregársela a un Estado extranjero. De ahí al envío de tropas americanas para combatir el narcotráfico hay un solo paso, y sería inadmisible". Ayer, el mismo presidente Virgilio Barco, en charla telefónica con su homólogo norteamericano, George Bush, rechazó todo tipo de ayuda militar de ese país.
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