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La Obra Cultural Balear inicia una nueva etapa tras su crisis

La Obra Cultural Balear (OCB) ha iniciado una nueva etapa en sus actividades al superar una crisis interna que culminó, a principios del mes de julio, con la dimisión, forzada por la junta directiva, de su presidente, Miquel Alenyar. Esta asociación balear, similar a Omnium Cultural de Cataluña y a Acció Cultural del País Valenciá, se fundó hace 27 años con el objetivo de promover la normalización lingüística, nacional y cultural de las Islas.En estos momentos, la OCB está proyectando la coordinación de la primera campaña interinstitucional de normalización lingüística en Mallorca, la publicación de un semanario en catalán -ya dispone de una revista mensual-, financiado en parte por suscripción pública, y la posibilidad de ampliar la recepción en Mallorca de todos los canales televisivos y radiófonicos en catalán, tanto de Cataluña como de Valencia, al igual que hiciera hace años con TV3.

Enfrentamiento

La crisis interna que afectó seriamente a la imagen de la entidad ante la opinión pública isleña, surgió por el enfrentamiento entre el presidente de la OCB, Miquel Alenyar, y dos de los miembros del equipo directivo, el vicepresidente Maties Oliver y el gerente Antoni Mir. Según explicó la junta directiva, en una carta remitida a los socios, las razones de la censura a Alenyar se centraban en su autoritarismo y en la falta "del empuje que tendría que haber dado a la OCB".El dimitido presidente, que continúa siendo socio de la entidad, considera que actuó según el modelo de gestión aprobado por la misma junta directiva y mantuvo una actividad "febril" a favor de la normalización durante sus 19 meses de mandato.

Según Alenyar, la crisis surgió porque desde tiempo atrás había una moción de censura soterrada y un poco oculta que consideré necesario poner en consideración de la junta directiva. La verdad es que pensaba que ganaría fácilmente esta moción de confianza pero la perdí". Después de su obligada dimisión se formó, hasta la próxima reunión de la asamblea, una presidencia coleg, ada que integran Bartomeu Colom, Ferran Gomila y Catalina Ortega.

Aunque la crisis fue calificada en su momento de lucha política entre moderados y radicales, ninguna de las partes acepta que la ideología sea la causa de los problemas. "La OCB no depende de lo que hacen o dicen uno o dos de sus socios", explica Alenyar. "Desde hace 27 años es una entidad moderada y pluralista y sigue siéndolo porque, precisamente, es el reflejo de la moderación de la sociedad mallorquina". También Bartomeu Colom, que desmintió su intención de presentarse a las elecciones de presidente, niega cualquier radIcalismo: "Todos somos moderados, los radicales siguen otros caminos fuera de la OCB. En las islas no hemos alcanzado ni siquiera los mínimos deseables que establece el Estatuto o la misma Constitución. El camino hacia la normalización es muy largo".

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