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La azarosa fortuna de un ex seminarista

"Sólo la verdad nos hará libres", salmodiaba Jaime Paz Zamora con una Biblia en la mano, el micrófono en la otra y su gorrita de beisbol rojinegra de campaña ante miles de ensimismados seguidores en Cochabamba. Estaba en plena campaña presidencial y acababa de recibir la Biblia de manos de un adolescente en la plaza de Cochabamba. "Sólo la verdad nos hará libres", repetía la multitud como en trance. El clérigo y el revolucionario se daban la mano en ese hombre que arengaba a la multitud con un discurso improvisado, bien hilvanado y nada dogmático.A sus 50 años, con escasos medios y un partido no del todo cohesionado, ni sus más fervorosos partidarios se podían creer que tres meses después podía reemplazar a su tío y enemigo político, Víctor Paz Estenssoro en el sillón presidencial del Palacio Quemado.

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Durante su campaña, atacaba por igual tanto al Gobierno de Paz Estenssoro como a su máximo enemigo ideológico, el ex dictador Hugo Bánzer, quien ahora le ha cedido el poder en un gesto que Paz ha calificado de "un ejemplo de amor al país".

Según él mismo cuenta, ha estado dos veces a punto de morir. Una, cuando el avión en que recorría el país en 1980 haciendo campaña por Hernán Siles Suazo sufrió un oscuro atentado y cayó a tierra envuelto en llamas. Fue el único que se salvó de los seis ocupantes del pequeño aparato, gracias a que saltó de su asiento apenas el avión tomó tierra. Su rostro y manos aún muestran las quemaduras del accidente, pese a los múltiples, trasplantes a que se ha sometido. La otra vez fue en la noche del golpe militar de Bánzer, en 1971, en la que tomó las armas y defendió al Gobierno constitucional frente a los militares golpistas. Ironías de una vida azarosa, ahora ha roto con Siles Suazo, de quien fue vicepresidente, y ha firmado un pacto de Gobierno con Bánzer.

Hijo de un general de Ejército, la muerte también le visitó en la persona de su hermano mayor, Néstor, que cayó en 1969 bajo las balas de ese mismo Ejército cuando luchaba como guerrillero. Ambos habían llegado a la izquierda desde una educación jesuita -estuvieron juntos en un seminario- y el buen pasar de una familia acomodada. Jaime estudió más tarde Filosofia y Ciencias Políticas en la Universidad Católica de Lovaina, durante los años de la revuelta estudiantil europea.

Tras el golpe de Bánzer, fundó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que desde posiciones marxistas ortodoxas evolucionó, junto con su fundador, hasta el pragmatismo socialdemócrata que hoy le lleva al poder. Se ha rodeado de técnicos jóvenes, la mayoría independientes de izquierda que se han adherido a su candidatura a través del movimiento Nueva Mayoría.

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Cuenta, además, con su pasión cristiana, su pragmatismo político y su visión estratégica, que le han permitido dar el salto de tercero en discordia a presidente. Queda por ver si mantendrá su lema: "Sólo la verdad nos hará libres".

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