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La importación de libros extranjeros se incremento en un 282% entre los años 1984 y 1988

Semprún clausuró en Santander el VI Encuentro de la Edición

La importación de libros en lenguas extanjeras se incrementó en un 282% en el período comprendido entre 1984 y 1988, y alcanzó en este último año una cifra próxima a los 18.000 millones de pesetas, según datos manejados por los participantes en el VI Encuentro de la Edición, que ayer fue clausurado en Santander, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, por el ministro de Cultura, Jorge Semprún.

Paralelamente, la exportación de libros españoles a los restantes países europeos, Japón y Estados Unidos, se incrementó en el mismo período en una proporción que oscila, según los mercados, entre el doble y el triple. Pese a ello, el conjunto de las exportaciones -que alcanzaron un valor de 33.000 millones en 1988- sufrió una merma de aproximadamente el 25%, causada por la caída de las ventas a los países hispanoamericanos.El espectacular crecimiento de las importaciones de libros extranjeros se debe al hecho de que cada vez son más los jóvenes y los miembros de diversos colectivos científicos y técnicos

que conocen o estudian idiomas, preferentemente el inglés. Estos libros proceden en su mayoría de Gran Bretaña, Francia, República Federal de Alemania, e Italia, y en conjunto representaron en 1988 el 79%. del valor total de las importaciones. En opinión del director general del Libro y Bibliotecas, Juan Manuel Velasco, la creciente oferta en el mercado español de productos extranjeros "tiene el efecto secundario de incrementar el interés por la lectura en general".La producción editorial española en 1988 superó los 40.000 títulos -un 4% más que el año anterior-, editados por un total de 1.557 empresas, 216 más que en el ejercicio precedente, cantidades ambas que el ministro Semprún calificó ayer de "excesivas", máxime si se tiene en cuenta que sólo el 86% de las mencionadas empresas ofertaron más de 100 títulos.

"Existe", afirmó Semprún, "un gran minifundismo que a todas luces sería deseable evitar, en aras a lograr empresas con una mayor capacidad de oferta, es decir, más viables y con una rentabilidad adecuada al esfuerzo cultural y económico realizado".

El capítulo de las exportaciones registró en 1988 un nuevo descenso propiciado por la fuerte caída de los mercados hispamericanos. "No es fácil imaginar", dijo Semprún, "que los problemas económicos de esos países puedan ser solucionados a corto plazo. Tendremos, pues, que acostumbrarnos a editar durante un tiempo para un mercado en franca regresión y con un futuro incierto". Y aunque la reactivación de una economía requiere un proceso lento, Semprún abogó por la consecución "de un entendimiento internacional para sacar a los países hispanoamericanos del marasmo economico en que se encuentran immersos".

El incremento de la oferta editorial española, al que ha contribuido la subida de las importaciones, ha propiciado que los consumidores dispongan de determinadas obras en su versión original, y en su traducción al castellano y a otras lenguas oficiales en distintas regiones y nacionalidades.

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