_
_
_
_
Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Aplausos y protestas para "Fígaro"

Para clausurar la temporada ópera 89, subió al escenario del teatro lírico nacional La Zarzuela, de Madrid, el Fígaro de José Ramón Encinar, estrenado con éxito hace dos años en la sala Olimpia. Del nuevo público podía esperarse el escándalo, y lo hubo. A las protestas, se unió algo más lamentable, las fugas de algunos espectadores durante la representación, con la consiguiente molestia para los demás.El público operístico continúa apegado a la idea de que no existe más ópera que el melodrama italiano del XIX con algunas extensiones, menos mayoritarias, hacia Wagner o Mozart. No hay que culparle demasiado pues carece de antecedentes directos de cuanto sucede en el teatro musical europeo desde hace casi tres cuartos de siglos. Ni siquiera La carrera del libertino, de Stravinski.

Fígaro

Teatro Lírico Nacional. Figaro, libro y música de J. R. Encinar. Intérpretes: Ruy de Carvalho, Manuel de Bias, Luis Alvarez, Jesús Ruyman, Dougias Nasrawi, Francisco Olmo, Miguel Sola, Francisco Mestre, Gregorioo Poblador, Juan Meseguer, Miguel López Galindo, Isabel Cámara, Ana Benito, Marisa Pérez y Luis Sánchez. Orquesta Sinfónica de Madrid, titular del TLN. Director musical: J. R. Encinar. Dirección escénica, decorados, figurines y luces: Simón Suárez. Madrid, 7 de julio.

O las ópera de Britten, Werner, Henze, Prokofiev o Hindemith, de repertorio en otros pagos, lo son por los nuestros. No hablemos ya de un Berio o de un Stockhausen, cuyas entregas de Light tienen la conservadora Scala como escenario.

Inteligencia

El trabajo de José Ramón Encinar (Madrid, 1954), en su nuevo Fígaro es admirable como libretista, compositor y director. Su obra es incitante y, sobre todo, inteligente. Y una inteligencia en funcionamiento quizá sea el mayor espectáculo del mundo.

Fígaro es un divertimento de alto porte intelectual que, para comenzar, precisa en el público de cierta familiaridad sobre la vida y la aventura de Beaumarchais y de la tercera parte de su Figaro, La madre culpable, la más utilizada, junto a otros textos, por José Ramón Encinar y tan bella en la decadencia de sus personajes como las piezas que llevaran al pentagrama los compositores Mozart y Rossini.

Estamos ante una ópera sobre la ópera, y en su prospección artístico-intelectual hacia Fígaro, Encinar se encontró con que la figura de su creador superaba en interés a la de su criatura. El juego discurre pues entre Beaumarchais, su vida, su circunstancia y las biografias de todos entremezcladas en una acción polivalente cuyo curso nos lleva de la palabra hablada a la cantada o hablado-cantada y de ésta a la música instrumental, no a través de una continuidad lineal, sino plural en el tiempo y en el espacio. Nada hay de agresivo en Fígaro, pero sí existe una ruptura con los supuestos operísticos tradicionales.

José Ramón Encinar ha realizado con precisión sus ideas y la belleza intrínsecamente musical de algunos pasajes o la sugestión de esa acción espejeante acaba sumergiendo en la obra a los espectadores, interesados más todavía gracias a la realización estupenda de Simón Suárez, otra inteligencia en libertad, como director escénico, autor de decorados y figurines y planificador de luces.

Gran altura

La interpretación, por parte de todos, rayó a gran altura, con todo y ser difícil. A las protestas se unieron muchos aplausos.

Creo que se contaba con unas y con otros, pero en cualquier caso es preciso avanzar y, cuando menos, participar en el arte de un tiempo que es el nuestro.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_