_
_
_
_
_

Walesa desea celebrar una reunión inmediata con Gorbachov

Lech Walesa, dirigente de la oposición polaca expresó ayer en una entrevista de Prensa su deseo de celebrar una reunión inmediata con el líder soviético, Mijail Gorbachov. "Iría incluso ahora mismo", afirmó el presidente de Solidaridad al referirse a las palabras de Mijail Gorbáchov quien en una conferencia de prensa, celebrada el miércoles pasado en París, manifestó que no veía obstáculos para entrevistarse con él.Estas declaraciones coinciden con la primera crisis política con la que ha tropezado el recién iniciado proceso de la transición y que viene a confirmar cuán dificil será la vía evolutiva de Polonia hacia la democracia. El motivo es la imposibilidad de elegir, desde hace dos semanas, al presidente de Polonia y la necesidad de equilibrar las influencias políticas del partido comunista, la única agrupación de confianza de Moscú, y de la oposición democrática, que cuenta con el apoyo de la enorme mayoría de la sociedad polaca.

Jaruzelski

La actual crisis política está relacionada con la imposibilidad de la elección del presidente. Según los acuerdos políticos de la mesa redonda entre Gobierno y oposición, ésta no presentó ninguna candidatura al cargo, pero anunció un voto contrario al actual jefe del partido y del Estado, Wojciech Jaruzelski, considerado como el símbolo de la ley marcial, impuesta en Polonia en 1981.

Jaruzelski, a pesar de haber retirado oficialmente su candidatura, dado que no estaba asegurada su elección, continúa siendo el candidato número uno del Partido Comunista a la presidencia del Estado polaco y cuenta con el respaldo de los generales de este país. El miércoles, la candidatura fue apoyada de forma indirecta por Gorbachov, quien dijo que confia en el general. Se espera que la semana próxima, después de la visita del presidente norteamericano, George Bush, a Polonia, Jaruzelski tome una decisión.

Los actuales forcejeos entre la oposición y los comunistas, así como las divisiones internas en el seno de estos dos bloques políticos, no serían tan graves si Polonia no fuera un país al borde de una catástrofe económica y un posible estallido social. Desde octubre del pasado año, el Gobierno de Mieczyslaw Rakowski no ha conseguido ninguna mejo ra económica: en los últimos seis meses la inflación rondó el 60%; el déficit presupuestario se disparó y supera en tres veces el previsto para todo el año en curso; yen las tiendas han desaparecido la carne y otros muchos productos alimenticios.

En esta situación, la demora en la elección del presidente y en la formación del nuevo Gobierno, que según todas las fuerzas políticas debería ser "un Gabinete de confianza nacional", puede costar caro tanto a los comunistas como a la oposición si se acaba la paciencia de los polacos, para quienes Solidaridad ha pasado ya a formar parte de la estructura del poder.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_