El general cubano procesado por narcotráfico declara que Nicaragua compró armas de contrabando
El Ejército Popular Sandinista acudió al contrabando de armas para equipar a sus tropas, y el Gobierno de Angola reclama a Cuba cinco millones de dólares (625 millones de pesetas) por una fracasada operación de compra de aviones militares de transporte y artillería de largo alcance, en la que medió el general Arnaldo Ochoa Sánchez, expulsado del Ejército cubano por corrupción y narcotráfico. El jefe militar procesado proyectó abrir a la cocaína colombiana del cártel de Medellín un corredor por México hacia Estados Unidos, preservando suelo cubano y con un socio extranjero como recaudador.
Los ingresos se dedicarían a la construcción de hoteles en Cuba y a su desarrollo turístico. Éstos son los aspectos más relevantes conocidos en la vista oral del juicio sumarísimo que se sigue en una dependencia militar de La Habana contra 14 jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior. Todos ellos vestían de civil tras su degradación.Mientras tanto, el Gobierno vigila de cerca las informaciones publicadas sobre el escándalo, y en la madrugada del domingo embarca para Toronto a Gilles Trequesser, corresponsal de la agencia Reuter, que transmitió el sábado un despacho sobre la presunta deserción del vicepresidente del Gobierno, Osmany Cienfuegos, miembro del buró político del partido. El periodista atribuyó a una fuente cercana a la familia y a informes no confirmados la solicitud de asilo de Cienfuegos en la Embajada de Venezuela, y el arresto de Abrahán Maciques, destacado funcionario cubano que ordena la inversión extranjera en el sector turístico. Cienfuegos acompañó este miércoles a Fidel Castro en un almuerco con embajadores de la Comunidad Económica Europea, y recibió ayer a 1.000 soldados procedentes de Angola.
Héctor Argiles, director del Centro de Prensa Extranjera de la cancillería, desmintió el contenido del cable y advirtió a los corresponsales extranjeros que las autoridades no tolerarían 1a difusión deliberada de noticias falsas y mentiras".
Resumen televisado
La televisión oficial ofreció la noche del sábado un resumen televisado de dos horas con las declaraciones de Ochoa, y de sus ayudantes de campo, el coronel Antonio Rodríguez Estupinán y el capitán Jorge Martínez Valdeu. Este oficial recibió 120.090 dólares del jefe de finanzas del ejército sandinista para comprar un lote de armas, vía Panamá, en fecha no precisada, aunque reciente. Las armas finalmente fueron confiscadas en circunstancias tampoco detalladas.
"Los nicaragüenses me entregaron 120.090 dólares y los ingresé en el Banco Bilbao-Vizcaya de Panamá por orden de Ochoa. La explicación fue que los nicas no nos habían entregado un número de cuenta suyo para que devolviéramos el dinero. Me dijo que lo dejara allí, porque quedaba pendiente el pago de los 45.000 dólares en manos del panameño que iba a adquirir el armamento", declaró el capitán Martínez.
El contacto panameño de este oficial de las fuerzas armadas, calificado por el fiscal como "un zar de las finanzas", fue Jaime Tejada, que proporcionó a los militares cubanos armamento vetado por Estados Unidos. Los suministros bélicos solicitados eran comprados por el súbdito italonorteamericano Frank Morpha, "un hombre de mucha influencia y mucho prestigio en Estados Unidos", que en una ocasión hizo saber su interés por lavar en Cuba dinero procedente de una sobrefacturación injustificable de sus empresas. En noviembre de 1988, por estos y otros complicados vericuetos, siempre relacionados con el general Ochoa, según la acusación, los angolanos consiguieron cien equipos de radio para las tropas cubanas, valorados en 435.000 dólares. El general procesado, que durante un período de su carrera militar se encargó de la colaboración militar con países aliados de la Revolución Cubana, devengó una comisión de cerca de cincuenta mil dólares al conseguir en fábrica un precio más ventajoso. Por estos tortuosos caminos, se adquirieron también caretas militares de visión nocturna.
Arnaldo Ochoa manifestó no haber tenido apenas participación en la malograda operación de compra de cinco aviones de transporte C-130, de fabricación norteamericana, y dos baterías de obuses B-5, solicitada por el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, al jefe militar detenido. Ochoa, que cumplió varias misiones militares en la guerra de ese país africano, subrayó que únicamente facilitó el contacto entre Dos Santos y los hombres del general Patricio de la Guardia y su hermano gemelo, el coronel Antonio la Guardia, el otro principal acusado. Ochoa aseguró conocer que los angolanos negociaron después directamente con un súbdito judío.
"El resultado final es que gracias a la brillante gestión comercial de la empresa del ciudadano Tony la Guardia, los angolanos nos reclaman cinco millones de dólares que pagaron ellos a estos ilustres comerciantes", ironizó el fiscal y ministro de justicia Juan Escalona, con la vista clavada en el banquillo de los acusados, donde se encontraban los oficiales aludidos.
