Politica exterior de neutralidad
Las piedras angulares sobre la que se asienta la política exteríor finlandesa son la neutralidad y el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Recíproca con la Unión Soviética, firmado en 1948 y posteriormente renovado en 1955, 1970 y 1983. El objetivo de Finlandia es seguir siendo un buen vecino de la Unión Soviética y lograr el respeto de la otra parte, lo cual no siempre ha sido fácil.A la pregunta de si el sistema finiandés pudiera servir de modelo para la transición de algunos países de la Europa del Este hacia la democracia occidental, el presidente Koivisto recordaba que la palabra finlandización no es del agrado de sus compatriotas. "Esa palabra nunca nos gustó, ni en el sentido despectivo que se le daba durante la guerra fría, en la que se suponía que nuestro país había hecho una dejación de soberanía en favor de la URSS, ni tampoco ahora en la que algunos nos ponen como rnodelo. Este es un sistema propio, original, que ha demostrado su buen funcionamiento en la práctica, en las relaciones de dos paises vecinos con características singulares (4,9 millones de finlandeses frente a 285 millones de soviéticos) pero que no creo que sea exportable".
Sobre la política de apertura en la Unión Soviética, el presidente finlandés declara que su país ve los cambios "con prudencia y con esperanza. Con un gran respeto a nuestro gran vecino".
El respeto ante la Unión Soviética se lo ganaron los finlandeses a fuerza de sangre desde 1939 a 1944. El propio Stalin en la conferencia de Teherán de 1943, declaró ante Churchill y Roosevelt: "Finlandia es una nación que ha luchado tan encarnizadamente por su independencia que merece consideración".
Amplia coalición
Bajo el primer mandato del presidente Koivisto, tras las elecciones generales de 1987, se formó un Gobierno de coalición entre conservadores (53 diputados) y socialdemócratas (56) con el apoyo del Partido sueco (14 diputados, elegidos por el 6% de la población finlandesa que tiene el sueco como lengua materna) y el Partido Agrario (8 diputados). En la oposición están los centristas, con 40 diputados; la Unión Cristiana, con 5; los eurocomunistas, con 16; los comunistas prosoviéticos, con 4 y los verdes con otros 4. Estos dos últimos grupos, sin embargo, votaron el pasado día 12 de junio a favor de la reforma fiscal del ministro de Economía, el socialdemócrata Erkki Liikanen, disminuyendo las desgravaciones y por lo tanto aumentando los impuestos directos sobre las empresas que pasan así de pagar una media del 40% sobre sus beneficios a pagar un 45%. La presión fiscal media sobre los asalariados es del 35%. Un modelo de solidaridad salarial y reparto de la riqueza al estilo nórdico, sin llegar a los porcentajes de Suecia.
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