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'The Cuban connection'

Los traficantes de estupefacientes que operan entre Cuba y Estados Unidos -la Cuban connection- continúan realizando estos días sus vuelos habituales entre ambos países, pese al juicio contra el general cubano Arnaldo Ochoa Sánchez y al interés del Gobierno de Fidel Castro en depurar a los miembros de su Ejército relacionados con el tráfico de drogas.

Las autoridades de Florida identificaron a principios de esta misma semana cuatro vuelos no autorizados procedentes de Cuba y que han sido directamente relacionados con el tráfico de estupefacientes, principalmente cocaína. Uno de los responsables del tráfico de narcóticos en Cuba ha resultado ser el general Ochoa Sánchez, considerado en Washington como un revisionista de la línea de Fidel Castro.

Uno de los dos aviones localizados por la Guardia Costera norteamericana lanzó al agua más de 3.000 kilos de cocaína en aguas de las islas Bahamas. Un helicóptero norteamericano recuperó el paquete y detuvo a seis estadounidenses que se hallaban en la zona encargados de recoger la mercancía. Existe la certeza de que el avión procedía de un aeropuerto situado en el noroeste de Cuba.

Posibles derribos

Estados Unidos espera que la promesa de Fidel Castro de actuar con dureza contra los narcotraficantes se cumpla. "Estamos muy excitados con la idea de que Castro derribe algún avión cargado de cocaína", ha explicado un agente federal que sigue de cerca el movimiento de los aviones de los traficantes. En su opinión, el día que alguien derribe uno de estos aviones, el tráfico de estupefacientes en esta zona deberá cambiar y buscar nuevas vías. El hecho de que estos vuelos continúen hace sospechar, sin embargo, la existencia de una relación entre el capo del cartel de Medellín, Pablo Escobar, y algunos militares cubanos.

Esta no es la primera vez que el Gobierno cubano tiene un problema como el planteado por el general Ochoa. En 1982, cuatro funcionarios, incluido un miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano fueron acusados de tráfico de drogas por un tribunal de Miami; uno de ellos, entonces embajador en Colombia, es el actual embajador cubano ante el régimen de Nicaragua.

La oficina antinarcóticos norteamericana (DEA) ha explicado que sus agentes han identificado a dos oficiales cubanos que participan activamente en la Cuban conection. Se trata, según esa agencia federal, del coronel Antonio de la Guardia y del mayor Amado Padrón.

Esta acusación de la DEA coincidió con el juicio al general Ochoa. Uno de los miembros del tribunal que ha juzgado a Ochoa es Aldo Santamaría, un almirante de la Armada cubana. Santamaría es uno de los cuatro cubanos detenidos por tráfico de cocaína en Miami en 1982.

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