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PENA DE MUERTE EN ESTADOS UNIDOS

Chicos en el 'corredor de la muerte'

La sentencia del Tribunal Supremo provocó ayer una aguda crisis nerviosa a Kevin Stanford, un joven de color de 25 años que podría ser ejecutado en la silla eléctrica en las próximas horas. Stanford tenía tan sólo 17 años cuando violó repetidamente a una mujer en una gasolinera de Louisville, en 1981. El convicto mató a su víctima y por esa razón la sentencia del caso número 87-5765 Stanford versus Kentucky, fue concluyente: condena a muerte.

El otro joven que podría verse inmediatamente tendido en una camilla donde le será inyectada una dosis letal es Heath A. Wilkins, de 20 años de edad, quien mató durante un asalto a mano armada al propietario de una tienda de licores de Kansas City, hace tres años, cuando sólo tenía 16 años. La sentencia del caso número 87-6026 Wilkins versus Misuri también fue concluyente: pena capital.

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Otro de los reclusos que podrían resultar afectados es Johnny Paul Penry, de 32 años de edad, retrasado mental, con un coeficiente intelectual equivalente al de un niño de seis años, que fue detenido en 1979, cuando sólo tenía 22 años.

Este condenado fue juzgado y sentenciado a muerte por un tribunal de Tejas por secuestrar, violar y apuñalar a una muchacha de 17 años, Pamela Carpenter, hermana de un famoso jugador de los Redskins. El abogado de Penry apeló la sentencia y la batalla legal del caso Penry versus Lynaug se ha prolongado durante 10 años.

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