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CITA EN MADRID

Thatcher, sola contra todos en los temas sociales

La dimensión social de la Comunidad Europea y el desarrollo del Mercado único ocuparon la última parte de los debates del primer día de la cumbre de los doce. Aunque Felipe González insiste en intentar una declaración sobre la carta de derechos sociales fundamentales, en la propia delegación española la impresión es que "no hay nada que hacer". El resultado del debate ya se conoce de antemano: Margaret Thatcher contra el resto. La primera ministra británica considera inaceptable un compromiso político sobre una serie de derechos mínimos si éstos han de tener carácter vinculante.

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La presión ejercida por España hasta lograr plantear en la cumbre el tema de la Carta Social ha irritado hasta a la propia Comisión Europea, que entiende que es prematuro forzar una decisión política sobre el tema. Un alto funcionario comunitario comentó que "la propuesta es inoportuna porque ayuda a crispar más la polarización del debate sobre la unión monetaria, el tema clave de este Consejo Europeo".El Gobierno español se considera respaldado por la decisión tomada hace seis meses en Rodas (Grecia) para aprobar un texto de derechos sociales básicos durante 1989, pero el principal motivo de esta urgencia es de carácter interno. El presidente González necesita demostrar el acento social prometido a la presidencia española de la CE y, a la vez, cargarse de razón tras la ruptura del diálogo con los sindicatos.

El debate de ayer tuvo un marco de referencia más amplio que el de la Carta Social al referirse los doce al desarrollo del Mercado Único y a la dimensión social que debe tener la Comunidad Europea una vez suprimidas las barreras comerciales. Frente a la ,,alta significación" que la mayoría de los doce concede a la Carta, Thatcher manifestó que "no puede imponerse una legislación exterior" y que el proyecto de derechos fundamentales "se opone a la legislación social británica". La radical oposición del Reino Unido a que una legislación social comunitaria se superponga a la autonomía nacional en la materia evita a otros países plantear algunas objeciones al actual proyecto y entrar a concretar el alcance de esos derechos mínimos.

Volver a Luxemburgo

La discusión se reanudará hoy, aunque la única posibilidad sobre la mesa es recoger en las conclusiones de la cumbre el texto aprobado en el Consejo de Asuntos Sociales de la CE el pasado 12 de julio, en Luxemburgo.

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En aquel entonces, 10 países hicieron notar su postura favorable frente al veto británico. Esa constatación de las diferencias sobre un tema enel que es necesaria la unanimidad, carece de carácter vinculante, aunque la presidencia española aspira a rentabilizar el valor político que significa ser 11 contra uno.

Los doce analizaron también la propuesta de la Comisión Europea de crear una Agencia Europea para el Medio Ambiente.

En el borrador de conclusiones se describe a esta institución, que estará dotada de gran autonomía, como "el nudo de una red europea de medida y control, constituida por instalaciones regionales, nacionales, públicas y privadas".

Este organismo tendrá como objetivo velar por mantener la calidad del aire y de las emisiones atmosféricas, por la pureza de las aguas, la conservación de la capa vegetal y la recuperación del suelo.

La cooperación con otros organismos internacionales y la elaboración de estudios y análisis técnicos figuran entre las principales tareas de la futura agencia.

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